IV.

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120 d.C. King's Landing;

The Queen of love and beauty.

Las escapadas de la princesa Viserya de las lecciones hacían que su Septa y Maestre se volvieran el hazmerreír de todos, por no ser capaces de domar a la bastarda del dragón.

Para el rey Viserys era un alivio de los constantes reclamos que había por parte de Alicent y de todo el trabajo con el que cargaba ahora que no tenía una Mano, pues le divertían las distintas formas en que la princesa lograba su cometido.

Había delegado la mayor parte de su trabajo entre los miembros del Consejo, para así poder encargarse él mismo del festival en honor de su sobrina, nada menos que un festejo de cuatro días. El primer día haría un festival de caza, el segundo un torneo de combates, el tercero serían las justas a caballo y el cuarto y último, un gran banquete.

Al ser un festejo tan repentino no había podido invitar a todas las casas nobles de Westeros, como le hubiera gustado, pero contaría con la presencia de mercaderes de alta alcurnia, procedentes de muchos otros lugares del otro lado del Mar Angosto. Al igual que nobles casas cercanas a King's Landing, pues no tardarían tanto en llegar.

El único problema que el rey tenía ahora mismo era el regalo que le daría a su sobrina. Ya le había dado un bahúl lleno de joyas, vestidos y demás. ¿Qué otra cosa la haría feliz?

Había pensado en darle un huevo de dragón, pero Daemon ya se había adjudicado el derecho. Pensó en darle una yegua, pero si Daemon le regalaba un huevo y éste eclosionaba estaba seguro que la yegua terminaría olvidada en los establos.

No había nada mejor en el mundo que montar un dragón.

Tenía frente a él distintos vestidos, cada uno mejor que el anterior, todos iban dirigidos a su sobrina. Eran de distintos colores, pero el que claramente resaltaba era el color negro, llevaba adornos en rubíes e hilo rojo. Viserys estaba encantado, y casi podía imaginarse a su sobrina en él.

Ahora que no tenía a Rhaenyra a su lado, Viserya le recordaba muchísimo a ella y en parte a Daemon, por su rebeldía. Era como una combinación de ambos, y Viserys no podía estar más feliz.

Además de ello, le asombraba la capacidad que tenía para aprender. No se explicaba cómo, pues ella se escapaba de sus lecciones pero sus modales habían mejorado increíblemente estos días. Aún tenía un par de dificultades con los utensilios al comer, pero ya era más educada al hablar.

Para Viserys, su sobrina era un milagro.

Escuchó la puerta de su habitación abrirse y se giró, dándose cuenta de que eran Alicent y su padre, Otto Hightower.

━Ah, llegan en un buen momento. ━Comenzó el rey, mientras tomaba entre sus manos uno de los vestidos y se los mostraba. ━¿Cuál le quedaría mejor a Viserya? Quiero que lo use para el banquete tras la cacería de mañana.

Viserys había programado un banquete para degustar lo que se llegara a cazar el día siguiente.

Alicent no pudo evitar su expresión de amargura, notó el rey. Su padre, la ex-Mano, era mejor al enmascarar sus emociones detrás de una inocente sonrisa.

The dragon and the wolf. ━━ Cregan Stark. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora