IX.

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120 d.C. King's Landing;


A black among the greens.


Las semanas pasaban tan rápido como las páginas de los libros devorados por la princesa Viserya. Descubrió que tenía un interés en los venenos usados por los Maestres, así que después de sus lecciones, tomaba otras con el Gran Maestre Mellos especializadas en éso.

La condición del príncipe canalla sobre las clases hacia su hija había sido tomada en cuenta, pues cuestiones como la Fé dejaron de ser importantes entre sus lecciones, dando paso a la historia de la vieja Valyria y sus costumbres, si bien poco conocidas, y su lenguaje.

Viserya era rápida al absorber información, por ello, poco tiempo después ya podía entender la mayor parte de una conversación en Alto Valyrio. Si bien aún le costaba hablarlo.

Tomándole la palabra a lady Fell, sus tardes fueron acaparadas por tazas de té y bocadillos, así como pláticas con las damas de la corte. Podía notar como se contenían en ciertos temas debido a su edad, pero poco a poco se sintieron en mayor confianza junto a la princesa.

Los días libres que tenía eran los que usaba para pasarlos con Caníbal.

Desde el amanecer hasta el anochecer, en el cielo o en el Bosque Real, Viserya había explorado hasta el último rincón de King's Landing a lomos de su dragón. Su vínculo se había fortalecido hasta el punto en que Viserya podía sentir al Caníbal incluso estando alejados, y sabía que él la sentía a ella.

No había regresado a Dragonstone, pero sí recibía cartas y ella misma enviaba algunas, si bien, ninguna de ellas fue tan grata como la que Daemon le había enviado dos meses después.

"Tendrás un nuevo hermano. Ven pronto."

Algo corto para una noticia de tal magnitud, sin embargo, era la primera que había recibido de parte de su padre en todo ése tiempo.

Su alegría fue bien compartida por el rey, quien pareció haber olvidado el coraje de la boda realizada a sus espaldas. En cuanto a la reina, bueno, su expresión al recibir las noticias fue una bastante amarga. Intentó camuflarla con palabras cálidas, pero Viserya notó el veneno que escondían.

Su relación con la reina no había sido la más cordial, no se hablaban y la reina procuraba acaparar el tiempo de sus hijos para evitar que convivieran con la bastarda, cosa que complicaba los planes de la princesa de saber lo que los verdes tramaban.

Dejando de lado el rechazo de la reina, Viserya se había granjeado el cariño de la mayoría de los sirvientes en la fortaleza, así como de los pueblerinos.

Los sirvientes resultaron fáciles de comprar, incluso los de la reina, pues Viserya se ocupaba de darle buenos tratos a aquellos que la trataban con amabilidad, comenzando con Dyana. La jovencita de sonrisa amable y actuar nervioso había estado bajo su servicio durante varias semanas, si bien no era exclusiva de Viserya.

Otro caso era Yara, quien no era tan cálida como Dyana, pero sí más avispada. Le costó algo más de trabajo, pero al final dio el mismo resultado, ambas eran leales a Viserya. Con ellas dos, más personas comenzaron a interesarse en la princesa bastarda, buscando de alguna manera ganarse su favor.

El pueblo de King's Landing también aclamaba a Viserya, pues era un miembro de la realeza al que se habían acostumbrado a ver entre sus calles o en el cielo. Cuando el rey ofrecía banquetes, ella se encargaba de que la comida en buen estado pasara a manos de los pobladores, incluso cada cierto tiempo se ocupaba de regalarles pan y jugo.

The dragon and the wolf. ━━ Cregan Stark. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora