Capítulo Catorce

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Jaemin esta sentado en la oficina del psicólogo Jeno, sus manos aún tiemblan ligeramente por el reciente ataque de ansiedad. El ambiente es tranquilo, con una luz suave que se filtra a través de las persianas.

Jeno lo observó con una mirada comprensiva y le preguntó suavemente —¿Cómo te sientes ahora, Jaemin? —su instinto protector le obliga a acercarse a su Omega y mantenerlo entre sus brazos pero su lado racional lo mantiene sentado en el sofá de enfrente sin moverse ni un pelo.

Jaemin exhaló lentamente, intentando controlar su respiración. —Mucho mejor, gracias a usted —y es cierto, pensó que moriría de un ataque de ansiedad, pensó que realmente no saldría de esta. Pero Jeno, como una luz cegadora llegó y lo sacó de la oscuridad impidiendo que siga cayendo.

Jeno recostó su espalda contra el sofá, tomándose un momento antes de hablar. —¿Hay algo más que no me hayas dicho? Se supone que tu ansiedad solo se manifiesta en el escenario. ¿Qué pasó ahí? —su lobo aún se estremece al recordar las lágrimas que empañaron su pecho, clavándose en su corazón cada sollozo escuchado. Se siente confundido y aturdido.

Jaemin desvió la mirada, sus ojos fijándose en el suelo. —No... no, no hay nada más —balbuceó.

Jeno se dio cuenta de la evasión en la respuesta de Jaemin y, con un tono más firme pero aún gentil, insistió —Puedo notar que no estás siendo del todo honesto. Estoy aquí para ayudarte, como tú psicólogo y como tu... Alfa —ahora que puede ser honesto con ello delante del Omega, es como si un peso hubiese bajado de sus hombros. —Necesito que confíes en mí. Esperaré a que decidas ser sincero, pero no tardes demasiado, por favor.

A veces las oportunidades no son eternas y aunque él como predestinado este dispuesto a esperar todo el tiempo que necesite, tal vez el destino y el futuro tengan otros planes. Nunca hay que dar nada por hecho y no hay que hablar luego de haber perdido la oportunidad.

Jaemin asintió levemente, sin levantar la vista.

Lee nota como aún parece ligeramente nervioso, entre lo sucedido y también debido a su propia presencia. Cualquier Omega chillaría de felicidad al instante de encontrar a su Alfa pero supone que él, como Idol, debe resultarle difícil.

—¿Cómo te sientes con respecto a los haters en línea? Sé que puede ser muy duro —no puede evitar entrar cada día a las redes sociales y buscar el nombre de Jaemin en línea, desde que lo conoció se podría decir que se ha convertido en un fan silencioso de su grupo. Le molesta los recientes ataques como si las personas de verdad se creyesen conocer a Jung, los odia.

—Lo estoy sobrellevando —respondió Jaemin notando el ligero aroma a tormenta. Aquello le alivia y hace que su corazón late bonito. Esboza una sonrisa y con un toque de coquetería en su voz, agregó —Pero ahora, con usted, me siento mucho mejor.

Ese Alfa Es Mío - Nomin & ChensungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora