Capítulo Diecisiete

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Jaemin se despertó lentamente, sintiéndose cansado y algo confuso. Frota sus párpados mientras se incorpora en la cama, inhalando el aroma familiar que impregna la habitación. Sus ojos recorrieron el cuarto, y de repente, los recuerdos de la noche anterior lo golpearon. Rápidamente llevó una mano al cuello, buscando una marca.

—Nada... —susurró, sintiéndose sorprendido que fuese así —¿Por qué no me...?

Y eso no fue lo único que notó, también se percató que está extrañamente más calmado aún cuando se supone que está en medio de su celo.

La puerta se abrió, y el psicólogo entró en la habitación vistiendo una ropa casual de casa. El menor al recibir su mirada, rápidamente bajó la cabeza, avergonzado, sintiendo una punzada de culpabilidad. Se ha dado cuenta.

—Jaemin... —comenzó Jeno, con un tono que mezcla la preocupación y firmeza —¿En qué estabas pensando anoche?

El nombrado sintió que un nudo se formaba en su garganta. Tragó saliva y rió, pero la risa salió amarga.

—Hyung... Parece que es difícil engañarle... —dijo, tratando de mantener la compostura, aunque su voz temblaba. Tiene tantas ganas de esconderse tras las sabanas para nunca más volver a salir de ahí, cuál cachorro escapando del castigo por su travesura.

Lee suspiró, y caminó hacia la cama, sentándose al borde. Levantó el rostro de Jaemin con una mano, obligándolo a mirarlo, en un delicado tacto que se sintió una caricia.

—No estoy enojado, Nana —dijo Jeno, con una dulzura que hizo que el corazón del latiera un poco más rápido. —Pero me preocupa lo que hiciste. Anoche fuiste... irresponsable.

Jung apartó la mirada, sintiéndose expuesto y vulnerable bajo su mirada. No quiere flaquear, no quiere caer cuando lo está haciendo tan bien.

—Solo... no quería estar solo —murmuró, su voz apenas audible. —Pensé que... estar con usted...

Jeno notó como sus dedos refinados parecen jugar con la manta de forma nerviosa y temblorosa. Bajo su mano hasta ahí, dándole un suave apretón.

—Lo entiendo. Pero no puedes dejarte llevar por el momento, por tus emociones. Tienes que pensar en ti mismo, cuidarte mejor. Te mereces algo más que decisiones impulsivas, algo más que esto. Piensa en tu carrera y en lo mucho que te ha costado formarla, no puedes tirar todo por la borda así como así.

Jaemin asintió lentamente, sus ojos comenzando a llenarse de lágrimas. Siente una mezcla de vergüenza y agradecimiento por la forma en que Jeno lo trata.

—Lo siento, hyung... —dijo finalmente, su voz temblorosa. —Solo... no quiero perderle. Y-Yo... T-Tengo m-miedo de p-perderle... —y de forma inevitable, un sollozo escapó de sus labios. Llevando sus manos a la cabeza, oculto su rostro cabizbajo.

Ese Alfa Es Mío - Nomin & ChensungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora