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Y U J I

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Yuji no se cree lo que acaba de pasar con Sukuna, en un primer momento esperaba poder entablar una buena conversación con una copia exacta suya, hacer migas o, al menos, tratar de averiguar cómo era si quiera posible el hecho de que fueran sus aspectos tan similares.

Pero la respuesta del chico..., Fue tan hostil y desfavorable, que le asombra todavía no haberse llevado un golpe. El chico no puede entender qué debe de haber hecho para ganarse su aparente odio, pero se alegra mucho de que la chica esa, la morena guapa, le salvase la vida. No sabe si lo hizo a propósito, pero de todas maneras se lleva a Sukuna de su lado y lo siguiente que sabe es que su equipo al completo está a su lado para ayudarle.

No hablan mucho, Yuji tampoco quiso explicar nada aunque hubieron algunas preguntas de por medio; incluso a pesar de la insistencia de Nanami Kento, su mentor, cierra la boca de inmediato porque en su opinión no cree que nadie pueda entender su punto de vista.

Mientras camina al lado del resto de sus compañeros de estos juegos, no deja de pensar en Sukuna. Su porte, su carácter fuerte y su temple le gustan; más de lo que piensa en un primer momento. Quizás por eso le duele que lo trate como a una especie de enemigo; es consciente de que aquí no puede tener amigos, de que aquí tiene que tratar a todos como su rival, pero, para él es muy difícil hacer ese tipo de cosas.

Entre que nada en la bruma enorme de sus pensamientos, finalmente llegan al Centro de Entrenamiento que dispone de una torre para cada distrito, su hogar temporal. No pone atención en nada de sus plantas. Se limita a observar cómo Shoko, su acompañante de distrito, pulsa el número que corresponde a su planta. Por lo que tiene entendido, ambos adultos los acompañarán hasta que marchen a los juegos, lo cual le resulta agradable en el que caso de Nanami, debido a que es una cara conocida.

No se comenta, sin embargo, mucho de su actuación y la sensación que han dado por todo el Capitolio porque después de su numerito, a Yuji le parece que nadie tiene la cabeza en otra cosa. Se siente un poco mal, porque es consciente de que ese tipo de atención no es buena para él. Tras unos pequeños tumbos en la sala del ascensor, finalmente llegan a su planta y todos se separan.

Shoko le indica que su habitación es la que está un poco más apartada y recibiendo una pequeña mirada de un curioso Nanami, se despide con un pequeño saludo de cabeza de su amiga Yuko y desaparece por el pasillo sin interesarse por nada más.

Cuándo entra, colocando la huella de su dedo en la puerta se encuentra con una habitación bastante grande y amueblada. Mucho más grande que la que había conocido en los vagones del tren. Lo primero que hace es tirarse a la cama de seda y de color vino, ya que se siente terriblemente cansado; ni siquiera se esmera en conocer a fondo los demás artilugios de la habitación. Por los colores, las cosas de tecnología avanzada y demás, sabe que son cosas que no volverá a ver en su vida; por lo menos, teniendo en cuenta la gran posibilidad de que puede morir en los juegos.

La idea lo deprime un poco, pero trata de mantener los ojos cerrados por su profundo cansancio. Por su mente pasan imágenes de su hermano mayor, aquel al que repentinamente nota que extraña muchísimo y se siente desolado. Estar solo en aquella habitación tan llena de lujos, le hace pensar por breves momentos que está soñando. Que nada es real y que cuándo vuelva abrir los ojos, estará en La Veta, viendo a su hermano cocinar miserias con lo que puede encontrar.

𝗧𝗛𝗘 𝗛𝗨𝗡𝗚𝗘𝗥 𝗚𝗔𝗠𝗘𝗦, sukuna y yujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora