Extra 3.

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Elisa.

[9 meses después]

Estába con mi esposa en la sala, revisando unos papeles, mi esposa por su parte veía una serie coreana, me hacía gracia verla llorar y reír.

Anastasia se levanta y se dirige a la cocina.

—¡Amor!— Escuché su grito, rápidamente me levanté tirando todo y corrí hacía la cocina.

—¡Que paso!—Pregunté preocupada.

—Nuestro hijo ya va a nacer.

Llamé al personal dando instrucciones, ayudé a mi esposa a llevarla hasta la camioneta, el chófer ya estaba listo para partir, las gemelas estaban donde sus abuelos.

Llegamos al hospital, rápidamente nos atendieron más les valía atender a mi mujer rápido o dejaba de dar donaciones. Anastasia respiraba tratando de calmar las contracciones.

—Amor, respira— Dije tratando de calmarla, acarició su cabello.

Llevaron a Anastasia a la sala de parto, es hora de ver por fin a nuestro hijo, solo esperó que todo salga bien. El parto duró una horas parece que tuvieron complicaciones.

— Felicidades Sra Elisa, es un hermoso niño sano, hubieron unas pequeñas complicaciones nada grabé, su esposa está bien—Dijo el médico, yo Suspiré aliviada.

Está vez no entre con Anastasia porque al entrar me desmayé de la nada, entró a la habitación dónde está mi esposa, ahí está sosteniendo a nuestro pequeño bebé.

—Resucitó—Dice Anastasia burlesca.

—Deja el chiste amor, ¿Cómo estás?— Me acercó y me siento a la par.

—Bien cariño, agotada pero bien, mira a nuestro pequeño Estéfano amor— Annie mira al bebé, lo tomo en mis brazos.

—Es hermoso, espero que se parezca a mí—ambas reímos, una enfermera llegó para llevarse a nuestro hijo.

Me quedé un rato más con mi esposa hasta que cayó dormida, fuí por algo de comer, recibí un mensaje de mis hijas preguntando por su madre y su hermano las tranquilice dándoles la buena noticia, ambas se pusieron feliz por la llegada de su nuevo hermano. Regresé a la habitación de Anastasia seguía dormida, me acoste en el sofá de la habitación, horrible, sofá del barato olía horrible, se sentía horrible, cuando salga de aquí preguntaré en qué se gastan las donaciones que hago.

Anastasia despertó.

—Esta cama se siento suave—Fue lo primero que dijo, yo sonreí.

—Y el sofá horrible.

Llegó una enfermera para revisar a mi esposa, revisó de que todo estuviera bien y luego se fue.

Salimos del hospital después de unos días, las gemelas estaban felices después de ver a su hermanito al igual que los padres de Anastasia, se que mi padre también lo está.

—Amor, ¿Estás bien?—Pregunta.

—Si estoy bien— Tomé su mano y la bese.

Pasamos tiempo en familia, ahora que lo pienso bien, jamás pasé una luna de miel adecuada con mi esposa, envié un mensaje a mi secretaria para que prepara un viajé a Noruega, pasaremos unos días haya ya que las niñas salieron de vacaciones y de paso hago mi luna de miel como se debe. Anastasia camina hacía mí y se sienta en mis piernas.

—¿Que haces amor?— Enrrolla sus manos en mi cuello.

—Mmm, ¿Te gustaría irte de vacaciones, amor?— Poso mis manos en su cintura.

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