La propuesta.

Capítulo especial.

[Capítulo especial por los 50k de lecturas]

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Elisa.

Han pasado dos años, dos hermosos años al lado de mí esposa e hijos, mis hermosas gemelas han crecido, son dos jovencitas hermosas e idénticas a mí amada esposa, muestro pequeño Estéfano ya tiene dos años recién cumplidos, Anastasia en ocasiones se vuelve loca con las ocurrencias de los tres, las gemelas a pesar de estar un poco más grandes siempre tienen tiempo para su pequeño hermano.

Mí esposa fundo un restaurante, el negocio va de maravilla, estoy orgullosa de ella es una mujer excepcional.

—¡Ya llegué!

Me levanté de mí silla para ir a recibir a mí mujer, se ve cansada.

—Hola amor, ¿Cómo te fué?

Anastasia suspiró con pesadez, tomé su cintura para guiarla a la sala.

—Bien, cansado pero bien ¡Tengo buenas noticias!

—¿Qué es?

—Una reconocida chef visitará mí restaurante.

Veía el entusiasmo en sus ojos.

—¿Es así?

—Así es, llega mañana en la tarde quiere conocerte amor.

—¿La conozco?

—Puede ser, se llama Rebeca Smith.

Me quedé en silencio unos segundos tratando de recordar ese nombre tan familiar.

—¿Pasa algo?

—Nada, trataba de recordar a esa mujer, su nombre se me hace familiar.

—¿Es así?— Anastasia alzo una de sus cejas, se incorporó más al sofá, está molesta lo sé.

—¿Pasa algo? Estabas hablando muy entusiasmada de ella— Sonreí con malicia, Anastasia es una mujer muy celosa.

—Nada, no quiero hablar de eso, no vayas mañana, diré que estás enferma o algo.

Una carcajada salió de mí, Annie me fulmina con la mirada.

—¿Estás molesta?—Me levantó del sofá para sentarme junto a ella, Anastasia se levanta pero soy más rápida y la siento en mis piernas.

—No.

—¿Segura?

—Muy segura, ¿Tienes que conocer a todas las mujeres?

Me acercó a su boca para besarla pero aparte su rostro rápido.

—Amor, deja los celos, ahora que lo recuerdo Rebeca fue amiga de mí padre, fuimos conocidas nada mas ambas éramos mujeres distantes y de poca habla.

—Mmm.

—¿No estás convencida aún?

—Lo que digas, vamos a la cama estoy agotada.

—¿Necesitas recargar energías?

Anastasia me dió un golpe en la brazo y se levantó yo me reí por mí evidente descaro.

Las niñas se fueron a la escuela y Estéfano se quedó con la niñera, Anastasia y yo estábamos listas para salir al restaurante.

—¿Lista amor?

Ella asintió, se miró al espejo dándose su último retoque de labial quería devorar su boca pero mejor me ahorró un regaño.

—¿Nos vámonos?