Bromas de gemelas

Parte 2.instituto, hijos.

POV Lana

Nos fuimos del centro comercial, nos tardó un poco volver a la casa de nuestra abuela, no conocíamos esa ciudad, pero al final llegamos, encontramos a nuestra abuela en un sillón, parecía molesta.

— ¿Dónde estaban idiotas? — no entendía como mi abuela era tan, extraña. No le hicimos nada, no tenemos culpa que ella este amargada.

—Buscando trabajo —respondí, ella me ponia de los nervios.

— Solo estaremos en tu asquerosa casa por un tiempo, cuándo tengamos el suficiente dinero nos vamos —Dijo Lena entre dientes.

— No me agradan mocosas, si se van de esta casa mejor por mí, pero ahora se me van a su habitación.

—Usted tampoco nos agrada vieja bruja—Dijo Lena molesta.

—Oye bruja ¿dónde vamos a estudiar?— pregunté, no soy fanática de estudiar, pero prefiero la escuela a esto.

—Mañana irán al instituto que está en la esquina, y ya no me molesten — respondió, juró que podía oler su aliento asqueroso.

— ¿Vamos al instituto de monjas? —Pregunto Lena seguido de una carcajada.

— No, idiotas. — murmuró mi abuela —El que está al lado, es un instituto común y corriente.

— Yo quería el de monjas— Sonreí, sería gracioso estudiar siendo una monja.

—Vayan a dormir, mocosas —Dijo la vieja molesta.

— Pero aún no hemos cenado —mi hermana tenía razón, tenía hambre.

— Ya les había advertido, no tendré mantenidas, si quieren comida la buscan. — Pancha se levantó del sillon y se fue a su habitación. 

—Idiota —Susurre — ¿Qué haremos Lena?

— ¿Pedirle comida al vecino? ¿Asaltar un supermercado? ¿Violar a la abuela? Espera, violarla debe dar asco, mejor le robamos comida cuando duerma.

— Esperemos a que se duerma. —Dije dudosa— Pero ¿si nos ve atreves de su bola de cristal?

— ¿Tienes un mejor plan?— Dijo arqueando una ceja.

— No...

— Exacto, entonces le robamos.

— ¡Está bien! — Exclame preocupada — Aunque los vecinos se ven nobles.

— Mejor hacemos esto, vamos y robamos un banco. O simplemente le robamos a la bruja.

- Está bien le robamos a la bruja- Dije suspirando.

Abrimos un gabinete lleno de comida, tomamos un poco de cereal y con cuidado de que la bruja no nos viera, bajamos al sótano, me acosté al lado de Lena con mucho asco, ya que ese colchón estaba sucio, pero luego logre dormirme.

Desperté de golpe ya que la bruja nos hecho un balde de agua encima.

— Despiértense engendros del demonio— Nos gritó nuestra adorada abuela.

— Díme que es agua limpia — pregunto mi hermana, mientras se pasaba las manos por la cara.

— ¿En serio crees que gastaría agua limpia en ustedes? — sonrió,  esa señora debería ir a un psiquiatra.

— Idiota... — fue lo único que alcance decir.

Mi abuela subió las escaleras dejando a mi hermana y a mi mojadas con un olor terrible.

Aunque Lena siempre huele así...

Me fuí a bañar, aunque no pude durar mucho, primero porque el agua estaba helada. Y segudo, mi abuela gritaba a cada rato el agua no es gratis por lo que me bañé como rayo. Seguido de mi fue mi hermana, ella tardo un poco más mientras decía por algo te pago.