Bromas de gemelas

Parte 1. El día que nos enviaron con la bruja

Es curioso, estaba consciente que no tengo mucho dinero. Bueno, que mis padres no tenían mucho dinero, eso ya era una cosa, pero que nos mandaran con mi abuela era otra. Una vieja enorme con verrugas y pelos, algo tan arrugado que las pasas estarían celosas, amargada, sola. Además tenía un nombre horrible, ¿Quién mierda se llama Pancha? Pensé que ese nombre solo existía en las novelas. No entiendo cómo es que logro concebir a mi madre, digo, ella era atractiva, y tendrían que verme a mí para notar que somos como dioses bajados del Olimpo. Mi hermana se parecía a mí, pero no era tan atractiva como yo.

Eso Lena, 20 puntos para ti, eres una belleza.

—Entiendo que sus padres las enviaran para acá, no tienen dinero. Su madre siempre fue una inútil, y se caso con alguien aun más inútil. Pero ustedes mis querida no serán inútiles aquí. —mi abuela dio tres pasos al frente de nosotras, supongo que estaba muy anciana, le costaba mucho dar esos pasos— Si quieren vivir aquí tienen que pagar renta y trabajar — nos llevo a una puerta que estaba cerca de la cocina. La casa era un tanto vieja, tenía muebles con mucho polvo y había telarañas por todos lados, era una casa algo grande con dos pisos. No quise preguntarle si podíamos subir, esa vieja se ve muy amargada, con cada paso que dábamos se escuchaba un rechinido del suelo supongo que es madera muy vieja, tan vieja como mi abuela. No sé cuantos años tendría esa mujer pero estaba completamente arrugada y con canas, pero no era como esas dulces abuelas de la televisión, esta se veía y era amargada y para nada amable. Nos termino llevando a una puerta marrón algo fea, supongo que esa sería nuestra habitación.

Cuando abrió la puerta me di cuenta que no era una habitación, era un sótano — que olía horrible— lleno de telarañas por todos lados, dos colchones tirados en el suelo y estaban todos sucios y una lámpara al lado de los colchones.

—Bueno este es el sótano aquí es donde dormirán — lo dijo de una forma despectiva, nos empujo para que entráramos y estaba a punto de salir pero luego se devolvió — cabe recordares que no crió mantenidas, me pagan el alquiler cada mes, no soy su madre si quieren comida se la compran, no voy a gastar dinero en ustedes.

Desgraciadamente terminamos así ya que nuestros padres se quedaron sin dinero y mama decidió enviarnos con su asquerosa y fea madre.

—Niñas su padre y yo les tenemos noticias—mi madre sonaba algo incomoda.
— ¿Se volvieron millonarios?—dijo Lana emocionada.

—No.—Mi padre suspiro y luego se sentó en su sillón favorito —de hecho tienen que vivir con su abuela Pancha.

— ¿Con cruela de vil? no gracias —mi hermana tenía una expresión algo confusa en la cara, no sé si de enojo o si es que quiere ir al baño.

—Si con cruel... —mi padre no termino la frase porque mi madre le dio un codazo en el estomago.