𝐒𝐖𝐅 | ❝ El mundo no ha planeado para nosotros, el universo no nos quiere juntos y creo que es una tontería ignorarlo. ❞
━━━━━━ Estella Kingsley no había pretendido que su fugaz romance con el hermoso desconocido terminara tan mal. Carlisle Culle...
CHAPTER FOURTEEN perder la concentración, perder el corazón
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El amanecer del sol arrojaba colores lilas sobre el nuevo cielo de Colorado. Este estaba sentada con las piernas colgando del acantilado, mirando el cielo que se reflejaba en las aguas tranquilas del lago escondido.
Habían pasado sólo unas horas desde que se había quedado aquí viva de ira, y ahora no podía recordar el sentido de las palabras que había pronunciado. Si habían servido para que Carlisle se sintiera peor por su error o si simplemente creía que podía arreglarla. Supuso que se había quedado con eso en su mente de médico, o tal vez de padre.
Estella no quería explicar por qué estaba sentada aquí otra vez, encerrada en la seguridad de mil árboles. Si hubiera estado mejor, podría haber recogido sus cosas y no haber mirado atrás. No había mentido cuando le dijo a Carlisle que se iría, que vería el mundo por primera vez. Sin embargo, se sentía atada a Colorado, como si algo malo fuera a ocurrir si se marchaba.
Su ira se mezclaba con los colores del cielo, en algún lugar fuera de su alcance. Este ya no se reconocía. Sentía como si en algún lugar profundo de su corazón estuviera viendo una obra de teatro ante sus ojos, un personaje retorcido con ojos brillantes de venganza. Las palabras sonaban extrañas en su propia lengua. Ya no sabía por qué luchaba.
Estella estaba perdiendo la noción de lo que pretendía. A dónde iba a llevarla esta venganza al final, su mente ya se arremolinaba con un millón de preguntas, un millón de arrepentimientos. ¿Podía justificar arruinar algo que parecía tan puro por algo que le había ocurrido hacía tantos años?
Cien años era mucho tiempo para guardar rencor, tal vez no para un vampiro, pero Este nunca sintió que encajara en su mente con las criaturas que se hacían llamar sus compañeros. Al igual que los Cullen, se sentía separada. Sabía que se debía a su incapacidad para aceptar en lo que se había convertido después de tanto tiempo, pero en su mente esperaba que eso significara que seguía siendo buena.
Su mente gritaba que se detuviera. Nunca se había sentido tan cansada, tan exhausta. Estella quería cavar un agujero en el suelo y tumbarse allí hasta que su cuerpo se convirtiera en tierra y su pelo se entrelazara con la tierra.
Todo se estaba convirtiendo en demasiado. Estella estaba perdiendo el contacto con quien era antes. Buscaba un recuerdo. Recordaba su sonrisa, sus ojos amables y su mente ingenua. No era algo en lo que pudiera volver a caer. Sería como leer las líneas de un guión para un personaje en el que no encajaba. Ya nada tenía sentido.
Sin embargo, Este seguía sentada fuera de sí misma, observando atentamente los cambios de humor y la revelación de mentiras. Por supuesto, su ira era ahora parte de sí misma, arraigada en la experiencia. Sacudírsela de encima parecía imposible, su mente estaba deformada por toda esta furia. La ira no era suya, pero residía en ella, ¿quién era ella para pedirle que parara?
