───FOUR: forget to fall down

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CHAPTER FOUR
olvídate de caerte

PARA JULIO, ESTELLA TUVO QUE DETENERSE de contar los días

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PARA JULIO, ESTELLA TUVO QUE DETENERSE de contar los días. Por supuesto, su padre no hablaba de otra cosa. Así había sido durante años, pero ella había conseguido contenerlo. Sin embargo, el dique se estaba rompiendo y, por mucho que se esforzara en contenerlo, el agua se derramaba.

A menudo deseaba haber tenido al menos un par de años más. Tal vez habría podido convencer a Carlisle de que huyeran. Podrían haberse escapado a Italia y ver todos los lugares de los que él había hablado. Estella ya sentía que sus palabras habían dejado imágenes lo bastante claras como para poder escapar incluso cuando simplemente cerraba los ojos.

Carlisle parecía tener la impresión de que no podían hacer nada. Intentó no sentirse dolida por ello, sobre todo porque sabía que él tenía razón. No era plausible que huyeran y si lo hubiera sido aún había algo que retenía a Carlisle.

Estella deseó tener el valor de preguntarle qué era lo que le impedía dárselo todo. Desde el principio había sabido que él era diferente, pero lo había ignorado por su propio bien. No quería saber su secreto, no quería conocer las complicaciones de estar juntos. Todo lo que quería era más tiempo.

Quería la vida estereotipada con él. Quería que él se le declarara, que se casaran en una ceremonia extravagante. Quería criar a sus hijos y, con el tiempo, hacerse mayor y verlos repetir el mismo proceso con las personas que amaban.

Por supuesto, esto era una tormenta en su joven mente. No tenía prisa por que nada de esto sucediera. Estella se contentaba con vivir el momento. El problema era lo limitados que eran esos momentos.

Apreciaba las noches que pasaban juntos. Carlisle seguía abandonando su puesto más temprano, tan temprano como podía.

Los viernes y los sábados eran los días con los que ella soñaba. Los viernes por la noche, con la cabeza recostada contra él, el pelo de ella formando oscuros charcos a lo largo del pálido pecho de él. Los sábados sus vidas se llenaban con las palabras del otro. Las historias nunca faltaban cuando eran bendecidos con la inspiración para contarlas.

Estella nunca había comprendido la belleza de Washington hasta que paseó con él. Era más encantador en verano, aunque Carlisle siempre prefería quedarse a la sombra. Esto no la había sorprendido en absoluto. Su piel era tan clara que supuso que se quemaría en cuestión de segundos con el calor.

Estella, sin embargo, no era ajena al faro de luz ámbar. Bailó bajo el sol, dejando que su piel absorbiera el brillo. El calor la invadió de tal manera que cuando corrió hacia Carlisle y lo abrazó, esperaba que él también pudiera sentirlo.

Él permanecía en las afueras de la luz, normalmente en el santuario de los árboles. Sin embargo, la observaba con tanto anhelo que Estella se preguntó si no sería más que el anhelo que él sentía por ella.

STARS WILL FALL ━━ carlisle cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora