New World • Teen Wolf [1]

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Mentalidad de manada p.2

-Alice-

Al parecer Scott había conseguido una cita doble con Allison, Lydia y Jackson. Stiles me contó que Scott había asegurado jugar genial a los bolos.

Era un pésimo jugador.

Mi mejor amigo lobo se pasó el día pensativo, temiendo haber sido él el causante del accidente del autobús. Stiles y yo intentamos buscar quién había sido el culpable, peor cuanto más buscábamos, más parecía haberlo hecho Scott.

Me encontraba en la cocina de mi casa, mientras mi madre preparaba un batido de frambuesa. Yo por mi parte, me encontraba jugueteando con un lápiz mientras miraba el libro de matemáticas.

—¿Todo bien, cielo? —preguntó ella tras verter el liquido sobre tres vasos. Me alcé de hombros—¿Estás asustada por el incidente?

—Es que...—suspiré—está cambiando todo en mi vida y se siente un poco abrumador.

Mamá se acercó y me dio una caricia en la mejilla.

—Cielo, es una etapa más en la vida. Estoy segura de que podrás salir adelante, eres de lo más fuerte. Podrás con todo.

Si tú supieras, madre...

De repente, mi móvil vibró anunciando que me había llegado un mensaje. Justo cuando fui a leerlo, empezó a sonar la canción de Harry Potter.

Me estaban llamando.

—¿Scotty? —descolgué.

—¿Cómo está la mejor amiga que uno puede tener?

Rodé los ojos. Mi madre se rio.

—¿Qué quieres?

—No quiero nada, solo quería saber cómo estabas, ya sabes. Lo que hacen los mejores amigos...

—¿Qué quieres?

Escuché un gruñido.

—Vale—refunfuñó—No paro de darle vueltas a lo del autobús. Creo que necesito tu ayuda.

—De acuerdo, sabes que estoy a tu lado.

—¿Me acompañas a casa de Derek?

Mi madre alzó una ceja. Estaba escuchando toda nuestra conversación y cuando escuchó el nombre del hombre lobo buenorro, no dudó en mirarme pensativa.

Qué entrometida.

Como su hija.

—¿No puedes ir solo? —pregunté levantándome y yendo hacia mi habitación para poder hablar con él asolas—además, fue detenido por tu culpa, creo que no tendrá demasiadas ganas de verte.

—Por eso mismo. Tú le caes bien.

Sonreí.

—Claro que le caigo bien. ¿A quién no?

—Cada vez te pareces más a Stiles, Alli—cuando dijo eso, escuché un sonido grave, como si se hubiera dado un golpe. Luego escuché su respiración entrecortada—¿Me acompañas?

—De acuerdo, pero sigo sin saber qué pinto yo en una conversación entre lobos, por muy bien que le caiga—le dije mientras me colocaba las zapatillas.

Esperé a que contestara, pero entonces escuché el sonido de que la llamada había terminado.

—Vienes porque así me aseguro de que quiera hablar conmigo, creo que no sabe decirte que no—dijo mi mejor amigo.