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Mentalidad de manada p.3

-Alice-

Allison me invitó a su casa. No me esperaba la invitación, y mucho menos haber aceptado. Pero necesitaba un poco de tiempo entre chicas, estar rodeada de hombres me ponía de mal humor.

Me sorprendió ver a Lydia con ella. Estaban arreglándose para su cita doble.

—¿Seguro que no quieres venir a la bolera? —preguntó Allison.

Negué con la cabeza. Me encontraba sentada en su cama al lado de Lydia. Allison lanzaba prendas de ropa por toda la habitación indecisa, no sabia qué ponerse.

—No quiero ser el mal tercio, pero gracias—contesté poniendo una mueca ante la blusa que nos mostró.

—Puedes traerte a Stiles.

—Es vuestra noche, chicas. Agradezco que me hayáis invitado, no suelo tener muchas amigas femeninas—me sinceré.

Entonces Lydia me dio un golpecito en el hombro y sonrió.

—Pues eso ha cambiado, Ally.

Sonreí.

Allison nos enseñó un vestido, pero Lydia lo rechazó inmediatamente.

—¿Y este?

—Déjame ver—se levantó hacia el armario y se puso a rebuscar en su ropa—Pasa, pasa, pasa, este no, absolutamente no, mira, ¿Sabes qué? Pasa de todos. Mira Allison, estoy empezando a perder el respeto por tu gusto. —rodé los ojos ante su comentario. No podía entender cómo tenia tanta ropa. Entonces Lydia sacó un vestido negro con lentejuelas que pareció gustarle —¡Este!

¡Al fin!

De repente, la puerta se abrió. Apareció el padre de Allison colocándose la chaqueta.

Las tres nos lo quedamos mirando con el ceño fruncido.

—Vaya...—murmuró—lo siento, olvidé llamar a la puerta.

—Hola, señor Argent—saludó Lydia con demasiada amabilidad.

Yo me limité a apartar la mirada y colocarme detrás de Allison.

—¿Quieres alguna cosa, papá?

—Que esta noche no salgas a la calle.

—He quedado con mis amigos—respondió ella.

—Hay toque de queda, no puede haber nadie en la calle después de las nueve.

En el fondo de mi mente supe que mis mejores amigos se encontraban por ahí fuera, sin enterarse que había un toque de queda.

El señor Argent salió de la habitación y Allison resopló.

—Te pasa por ser niña de papá—murmuró Lydia con recelo.

Fruncí el ceño.

—A veces. Esta noche no.

Se colocó un gorro en la cabeza y abrió la ventana. Lydia y yo nos miramos, parecía que nos habíamos leído la mente, pues, nos acercamos a ella rápidamente.

—¿Tan importante es esa cita? —pregunté.

—Cuando tengas novio lo entenderás—me respondió.

Segundos después saltó por la ventana dando una voltereta. Ahogué un grito al verla ya que la altura de la ventana con el suelo era considerable.

—Nosotras bajaremos por las escaleras, sí...

New World • Teen Wolf [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora