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ORDEN DE REPORTARSE PARA INDUCCIÓN

Presidente del Sur,

Para: Kim              Seokjin
         (Apellido)    (Nombre)

                         Orden No.       613       

Saludo:

Al haberse presentado a una junta local, compuesto por sus vecinos con el fin de determinar su disponibilidad para capacitación y servicio en las fuerzas armadas del Sur, y ser reivindicado como ciudadano del mismo, por la presente le notificamos que ha sido seleccionado para entrenamiento y servicio en el ejército.

Por lo tanto, informará a la junta local, nombrado arriba en la Armería de la Guardia Nacional  

A las 7:30 am del día 13 de diciembre de 1948.

–Min, ¿podrías servirme un poco de té?

Una dama elegante estaba sentada en una habitación soleada, todo estaba tranquilo y silencioso, solo se escuchaba el canto de los pájaros y un par de zapatos caminando por el suelo de madera. Yoongi pensó que nunca iba a volver a escuchar tanta paz.

Sirvió el té sin decir palabra y la señora tomó un sorbo.

–Necesito darme un baño, prepáralo.

Hizo lo que le dijeron, cómo lo había estado haciendo desde que lo trajeron aquí. No podía quejarse de este nuevo trabajo, después de todo era un prisionero.

Fue a poner la leña al fuego y dejó que el agua se calentara. Limpió el piso luego de dejar que se derramara un poco y fue a llenarle la tina a su señora.

–Mmm pensé que era el baño, pero ahora se a qué se debe este aroma.

Él se sorprendió cuando ella entró y lo miró, la ayudó a desvestirse y meterse en la bañera.

–Cada mes es lo mismo. Así parece que tú hijo tendrá un hermanito pronto, Min.

Estaba demasiado consciente de su estado, habían pasado cuatro meses desde que empezó a trabajar en esto. Desde que fue liberado de ese lugar del que Sihyu era señor, ahora llegó a otro.

Cuatro meses desde que encontró a Seokjin y su Omega encontró a su Alfa. Su olor a Omega había regresado, así como el color en sus mejillas y su celo.

No podía sentirse mejor, pero le era contradictorio por su estado ahora en este lugar lleno de comodidad, cuando allá afuera se están cometiendo aberraciones y crimenes de guerra cada día que pasan aqui.

–Ahora no estarás aquí por una semana, ¿verdad? Qué lástima, ojalá fueran menos días.

Yoongi hizo sus tareas en silencio, no debía hablar con la dama ni responder de todos modos. Ella no lo entendería, tenía todo a la mano y en una bandeja de oro. Su marido era poderoso y rico, y tenía prisioneros de guerra trabajando para él.

–Debería decirle al sargento sobre el Omega que me trajo.

Todos sabían que el sargento lo había acogido, que lo había presentado a estas personas y ahora trabajaba para ellos a cambio de que él y Jeongguk tuvieran un lugar donde vivir, aún así, era un esclavo de estas personas.

Su bebé estaba creciendo, pero Yoongi no quería que fuera un peón o un sirviente, quería cosas mayores para él, pero no sabía cómo salir de esto.

Por la noche lo excusaron para salir a su cabaña, que estaba al lado de la casa a la que servía todo el tiempo y se preparaba para recibir nuevamente su celo.

La última vez que te vi | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora