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Se dirigió a Yoongi, no se movió ni reaccionó cuando los llevó a su cabaña. Seokjin estaba preocupado por el bebé.

Llevó la palma de la mano al vientre y se acercó a él una vez que estuvieron seguros en la privacidad de su pequeño lugar. Escuchó la respiración de Yoongi entrecortada y puso su mano sobre la suya, lo que calmó un poco a Seokjin al ver una reacción de su parte.

Yoongi no necesitaba ver la escena sangrienta en el almacén donde solía trabajar su padre. Seokjin había hecho algo impulsivamente y Yoongi no tenía la culpa.

Se acercó a él, inhalando en su cabello, buscando cualquier otra cosa que pudiera estar mal en su olor.

Pero Yoongi se quedó allí, y Seokjin sintió una mano agarrando su uniforme, así que esperó a que las palabras salieran de su Omega.

-Vámonos de aquí, por favor.

La mano en su uniforme se apretó con más fuerza, Seokjin lo acercó, abrazándolo. Ni siquiera podía pedir perdón o poner una excusa, no tenía una, y ahora que el padre de Yoongi se había ido... Tenía que hacer otro plan.

-Por favor, por favor...

-¿Confías en mí?

Yoongi dejó de sollozar y solo podía escuchar su respiración, lo miró a los ojos y Seokjin casi derrama lágrimas ahí mismo. No puede creer que le haya hecho esto a su Omega.

Pero ante todo, Yoongi asintió, supuso que no tenía más remedio que confiar en él, tenía que hacerlo por sus hijos y por la única persona que le quedaba de su familia.

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-Me alegra que tu última acción aquí con los prisioneros haya sido esa. Les aterroriza volver a desafiar las órdenes.

El general estaba hablando con él, Seokjin estaba en su oficina y le entregaron el arma que lo identificaría una vez que muriera en territorio enemigo.

-Has sido una bendición para esta base, pero también una pesadilla.

El oficial se acercó a él, le puso una mano en el hombro y lo apretó.

-¿Cuál es tu último deseo?

-Ninguno señor.

El general alzó una ceja, viéndolo a los ojos y buscando alguna vacilación en su mirada.

-¿Qué hay de tu Omega?

-Lo mordí.

Dijo y los ojos del general se agrandaron, Seokjin desvío la mirada.

-Él morirá al mismo tiempo que yo.

-¡Ja! Eres un loco hijo de puta.

Podía escuchar la risa del hombre cuando salió de su oficina, dejándolo allí parado. Pero no mentía cuando dijo que finalmente había mordido a Yoongi, después de casi dos años de estar aquí.

Tuvo que hacerle esa promesa, él mató a su padre y no tendrá ninguna oportunidad de sobrevivir embarazado y solo con Jeongguk y su madre. Estará en los campos de arroz por la noche y ellos escaparían juntos.

Tenía que matar a la persona que es aquí, para asegurarse de que su familia esté bien y no los persigan por escapar de este loco condado.

Tenía que matar a Dal de una vez por todas y ser Seokjin. Sólo Seokjin.

Llama a sus hombres y juntos van a la misión que les encomendó su superior. Tenían que obedecer.

Saliendo de la base, Seokjin miró atrás, solo para detenerse al ver a Yoongi desde unos pasos ya avanzado, perfectamente podía ver su silueta y tuvo que girarse para seguir caminando y que los demás no se dieran cuenta de su parte blanda que Yoongi le hacía externar.

La última vez que te vi | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora