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A Yoongi le daba miedo cada vez que Seokjin se iba.

Sabía que no había nada que temer, que Seokjin había demostrado que sabía lo que hacía en el campo de batalla y que volvería a ellos, pero no podía evitar preocuparse.

Y a veces sueña con él diciéndole cosas horribles. Que ya no lo amaba, que solo quería tenerlo aquí por qué era su propiedad, que algún día, dejaría de ver por ellos solo porque ya no era su voluntad, porque ya no era su Alfa.

Yoongi trataba de no despertar a Jeongguk esas noches de pesadillas después de las frías palabras de su Alfa hace unos días, mientras tocaba su cuello sin marca y brindaba a su bebé más cerca.

A veces pensaba que sólo estaba vivo gracias a su hijo, porque hace mucho tiempo que habría abandonado todo si no fuera por Jeongguk.

Con un vínculo desvanecido y el rechazo de su Alfa, no sabe cómo está vivo todavía.

Pero él no tiene la culpa, tiene que seguir luchando por Jeonggukie.

Y a veces no tiene estos sino otros tipos de sueños.

Cuando esto sucede, deja a Jeongguk en la cama y él duerme en el suelo. Se siente avergonzado, pero su biología le hace padecer esto.

Sus sueños comienzan a cambiar y despierta con algo resbaladizo corriendo por sus piernas y siente manos callosas por todo su cuerpo como un sueño vívido. Seokjin encima de él, llenándolo tan bien, agarrando sus caderas y acercándolo hacia él mientras lo hace suyo.

No sabía cómo sentirse por seguir queriendo a Seokjin.

Aunque no ha comenzado, sabe que pronto no podrá salir de esta cabaña y hacer sus quehaceres como siempre y todos lo podrán oler en él.

Sólo espera que nadie se acerque a él si Seokjin no regresa antes de que esto suceda.

Él va, alimenta a su hijo y sonríe cuando Jeongguk intenta decir sus primeras palabras.

–Papa…

Yoongi sonrió grande y fue a darle besos en la mejilla a Jeongguk.

Está muy feliz con su hijo, porque está bien y porque se han saltado los horrores de la guerra. Nadie lo puede separar de él y si tratan de hacerlo, se aferrara a él hasta su último aliento.

Él ayuda en la guardería con Jeongguk en su cadera. Los omegas de aquí, desde lo que pasó con Eodun, trataban de evitarlo.

Y Yoongi sabe que lo que pasó no fue culpa suya, Eodun había hecho mal y estas fueron las consecuencias. Sabía que los otros Omegas tenían curiosidad sobre su relación con Seokjin, ¿pero llegar a  espiarlos?

No lo mataron. Yoongi lo vio apartado de todos ellos, con puntos en la boca y haciendo otras labores. Pero lo que le pasó, es una advertencia para los demás y que ni se atrevan a salirse de sus obligaciones para ir rondando en cosas que no les incumben.

Yoongi había tratado de llegar a él, no sabía cómo podía comer con la boca solo pudiendo abrirse desde el medio, donde los puntos no estorban y con mucho cuidado para que no se le infecten.

Pero también estaba un poco enojado, porque... ¿Quién hace eso? Seokjin había sido muy cruel, aunque haya dicho que era por su bien.

Entonces pasan los días, va y hace sus cosas para no hacer enojar a nadie, ignora las miradas y siente que el calor en su vientre comienza a hacerlo sentir más ansioso.

Luego, le encomendaron llevar arsenal a un cobertizo, y mientras paseaba de un lado a otro con las cajas, vio a los nuevos prisioneros.

Estaba seguro de que se veía exactamente así cuando llegó aquí por primera vez, todo bañado en sangre y sucio. La guerra era así y no sabías qué pasaría después.

La última vez que te vi | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora