La última vez que te vi | Jinsu

10

No había puesto advertencia antes pero hasta ahorita me acordé

Advertencia: sangre, muerte de personaje.

.

Pasó un mes y todavía cambiaban sus vendas, pero ya podía caminar y cumplir con su deber, según el general.

Pero los nervios se apoderaban de él por toda la situación de que el Sur recibiera ayuda desde fuera de este continente. Había comprobado que sus armas habían podido infringir demasiado daño y solo con un disparo.

Y el general seguía sin hacer nada, Seokjin estaba tratando de hacer un plan él mismo, para sus suegros y el padre de sus hijos.

Yoongi. Si tuviera que cargarlo hasta llegar a un lugar más seguro, lo haría. No quiere que le hagan daño, que no haga mucho esfuerzo por su condición ahora. ¿Pero adónde podrían ir?

Sin embargo, después de la visita intimidante a la enfermería, se encuentra en una situación complicada. A pesar de su recuperación física, la amenaza pendiente del padre de Yoongi lo hace sentir vulnerable y bajo presión constante.

Pero no puede dejarlo a su suerte, dos omegas no podrían sobrevivir solos a la intemperie con todo y cuidar de los cachorros, un Alfa tendría que acompañarlos y si no era él, era el padre de Yoongi.

–Sargento, señor.

Entró al comedor común. Agitó una mano despidiendo a los soldados que lo saludaban y fue a sentarse.

–Descansen.

Comió con ellos, habían seguido su palabra y empezaron a hablar entre compañeros. Seokjin no estaba tranquilo.

–¿Cómo está su Omega, señor?

Seokjin no lo miró, sólo siguió masticando la comida.

–No lo he visto.

Era mentira, pero no tienen porqué saber que pasa la mayor parte de la noche con él y Jeongguk.

–¿Pero no está encinta?

Seokjin se encoge de hombros, tiene que actuar así, antes de que descubran su amor incondicional por Yoongi y Jeongguk y todo salga mal cuando empiecen a interrumpir su plan.

De repente escucharon conmoción afuera, los levantó rápidamente de sus asientos.

–¡¿Qué está sucediendo?!

Preguntó uno de los soldados, y Seokjin simplemente se quedó atrás, a veces era así, un inconveniente menor, pero luego vio al padre de Yoongi y entrecerró los ojos.

–¡Queremos más raciones!

Una revuelta, el Alfa mayor sabía que Seokjin no tendría opción, aquí estaba protegido por el sargento Dal, si no, las consecuencias serían serias para él diciendo su verdadera identidad y que había buscado una vida mejor con ellos y con su Omega, a quien había traído aquí a pesar de que tener una vida feliz en este lugar, estaba prohibido.

El padre de Yoongi lo divisó, a Seokjin le dió rabia la sonrisa burlona y retadora que le dedicó una vez que estaban frente a frente.

–Exigimos más raciones, sargento.

Lo último lo escupió con sorna, ambos tenían una postura dominante que impedia que alguno de los dos cediera y Seokjin observó como los demás prisioneros veían su intercambio de miradas.

–No tendrán ni una más, si no quieren que se acabe antes del fin de mes.

Lo dijo con firmeza, estaba cansado de lidiar con esta mierda y este hombre se lo estaba poniendo aún más difícil.