Eficiencia

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Capítulo 2

Al despertar me arrepentí tanto de haber puesto la alarma a las cinco de la mañana. Pero era el único momento que tenía libre en el día para poder hacer ejercicio. Me levantó para vestirme e ir a trotar por la playa que no estaba lejos.

Volví a los veinte minutos para entrar en el gimnasio. No estaba muy limpio, pero lo limpiaría después de ejercitarme. Era increíble que para solo cuatro personas hayan hecho un gimnasio tan grande y con tanto espacio. Agradezco que me hayan permitido poder usar todas las salas de la casa mientras no me distraiga del trabajo así que aprovecho para entrenar aquí.

Tomó unas mancuernas y comienzo a trabajar. Estaba tan concentrada hasta que veo una sombra detrás de mí. Volteó y veo a Roy con unas pesas detrás de mí ─ Buenos días señor, lo lamento, no lo había visto ─ él apenas levanta la mirada ─ Buenos días ─ trato de no distraerme de mi rutina, pero no voy a negar que se veía bien levantando peso.

Cuando terminó mi rutina tras una hora incómoda de estar los dos sudando en el mismo cuarto sin dirigirnos la palabra le preguntó ─ ¿Hay algo que quiera desayunar señor? Pensaba bañarme y luego preparar el desayuno ─ él jadea bajando su peso ─ Iré a bañarme, lo voy a pensar ─ asentí y me retiré para bañarme.

Me apuró en bañarme para poder ir a la cocina y recordar donde guardé las cosas ayer para no tardar en preparar el desayuno. Llegó a la cocina solo un poco antes que Roy y él se sienta en una de las bancas que están frente a la mesada ─ ¿Ya se decidió? ─ él parecía estar inundado en sus pensamientos ─ Café ─ que hombre de muchas palabras. Iba a comenzar a prepararlo, pero parecía querer pedir algo más ─ Frutas y tostadas también ─ asentí y comencé.

Puse el café en la cafetera y fui a poner el pan en la tostadora mientras cortaba frutas, tratando de tardar lo menos posible ─ Me avisa si algo no le gusta ─ digo al entregarle la comida. Él simplemente come y no dice nada. Supongo si es comible. Me preparo mi desayuno yo también y no sabía si a él le molestaría que coma a su lado.

No había mucho otro lugar limpio a donde ir así que me senté a unas dos bancas de la de él y comencé a comer. Fue abrumadoramente silencioso. Hasta que llegó el señor Marcos y me salvó de la incomodidad de estar con Roy ─ Eva quisiera pedirte que limpies la sala de reuniones, mañana tendremos una junta ahí y quiero que este presentable. También que limpies las copas y vasos que se encuentran ahí por favor ─ le preparó café ─ Claro señor ─ le pasó el periódico.

Pero antes de que comience a leerlo él pregunta ─ ¿Vas a la universidad hoy? Puedo pedirle a Renato que te lleve, pues no es seguro que vayas tan tarde sola ─ me conmovió su preocupación ─ Muchas gracias señor, pero no quiero molestar ─ él comenzó a leer ─ Ni un poco, no te preocupes por eso. Le diré a Renato que de ahora en más también te llevará a los lugares que pidas ─ me sonrío amablemente para concentrarse en su lectura.

Terminé de comer y fui a limpiar la sala de reuniones como se me pidió. Pero no podía ni creer lo sucia que estaba. Llena de polvo y mugre. Abrí las ventanas y comencé a aspirar todo para poder repasar. Quité todos los vasos y copas que se me pidió y fui a la cocina a lavarlos.

Ya eran las nueve de la mañana y Lucas aparece recién despertado en la cocina ─ Buenos días Eva ─ dice tirándose sobre la mesada ─ Buenos días señor ─ él me mira fijamente ─ Quiero comer ─ deje de lavar para escuchar su petición ─ Quiero waffles con tocino y una gaseosa ─ que combinación más horrorosa para comenzar el día...

Busco las cosas como para preparar los waffles y comienzo a hacer la masa. Lo pongo en la wafflera y pongo a freír tocino. Sacó de la heladera una gaseosa y la sirvo. Termino entregando el plato y comienza a comer ─ Esta bastante rico, pero le falta sal al tocino y azúcar al waffle ─ le pasó la sal ya que no puedo hacer nada por el waffle y ver la cantidad que le pone me enferma.

Un infierno aguantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora