CAPITULO 2

144 12 2
                                    

Choi Seungcheol era un tirano.

Al menos de ello estaba convencido Jihoon mientras que miraba el desorden poco apetitoso en su plato.

–No voy a comer esto –dijo–, devuélveme mi hot dog –Para ser honesto, no lo deseaba demasiado; era sólo el principio tras la cosa.

–No –dijo Seungcheol–, comes demasiada comida poco saludable.

–Sucede que me gusta mi comida poco saludable. Un hot dog no me va a matar.

–Un hot dog no, pero Jennie me dijo que todo lo que comes es comida rápida y dulces.

Jihoon levantó la barbilla ligeramente.

–¿Y qué? Soy joven, tengo un metabolismo rápido, entreno todos los días- bueno, solía hacerlo.

–Me lo agradecerás cuando tengas más años –dijo Seungcheol–. Una cuota regular de hot dogs puede hacer más que aumentar tus niveles de colesterol y presión arterial. La carne procesada puede aumentar el riesgo de diabetes, enfermedades cardiacas y algunos tipos de cáncer. En realidad, comer hot dogs todos los días puede aumentar el riesgo de cáncer colo-rectal en un 20%-

–Me siento tan mal por tu novia. Pobre mujer. Casarse con semejante aburrido.

–Qué raro –dijo Seungcheol, con los ojos brillantes por la diversión–. Siyeon me dijo hace una semana que ella era la mujer más afortunada del mundo.

–Ella te ha engañado –Jihoon se quejó, apuñalando al desorden en su plato con el tenedor–. Y, te odio.

–No estoy aquí para convertirme en tu mejor amigo –dijo Seungcheol–. Ahora come.

Jihoon frunció el ceño profundamente y comió.

***

Tres días después, Jihoon irrumpió en la oficina de su médico y exigió:

–Quiero que lo despidas.

El Dr. Kwon Soonyoung levantó los ojos de su computadora.

A pesar de su enojo, Jihoon no pudo evitar mirar un poquito como hacía siempre. Con sus ojos casi negros, el oscuro pelo y la estructura ósea perfecta, Kwon Soonyoung era sin duda el hombre más guapo que había visto nunca. Pero apuesto o no, todo era su culpa. Era él quien que lo había contratado.

–¿Qué estás haciendo aquí? –dijo Soonyoung–. ¿Todavía te duele al caminar?

–Sí, pero...

–Entonces se supone que debes estar descansando –dijo Soonyoung –. La regla general del pulgar es que, si una actividad te trae algún tipo de dolor o molestia, dejes de hacerla inmediatamente.

–Eso es lo que dijo él también –Jihoon se quejó–. Quiero que te deshagas de él.

Reclinándose hacia atrás, Soonyoung le dedicó una mirada paciente

– Asumo que estás hablando sobre tu nuevo fisioterapeuta?

–¿Quién más? Quiero que lo despidas.

–¿Por qué?

Jihoon se metió las manos en los bolsillos, sus ojos color café cayendo por un momento. Realmente tuvo que morderse la lengua para evitar ponerle apodos despectivos a Seungcheol. Al contrario de lo que pensaba Seungcheol, él no era un bebé. Dios, odiaba lo infantil e impulsivo que lo hacía sentir.

–No me gusta.

–Me temo que esa no es una razón lo suficientemente buena –Soonyoung dijo con calma–. Sabes lo cortos que estamos de personal.

[JICHEOL] SPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora