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— ¡Seungcheol! — A pesar de estar entre sueños, Seungcheol podía escuchar la voz a la lejanía gritar su nombre, estaba lo suficientemente cansado para no abrir sus ojos y continuar bajo la comodidad de la sábana. Sabía que en algún lugar de la casa se encontraba su celular sonando por una llamada entrante, pero no deseaba levantarse.

— ¡Seungcheol! — El timbre sonaba, al igual que unos cuantos golpes en la puerta pero nada lo motivaba lo suficiente.

Al abrir sus ojos se encontró con su techo, con ambas de sus manos acarició su propio rostro, incómodo por la manera en que sol llenaba la sala de estar, suspiró fuerte cuando se despertó por completo.

No quería destapar su rostro, porque lo primero que llegó a su mente fue todo lo que vivió con Jeonghan aquella noche. Había quedado en un acuerdo consigo mismo de que no le iba a importar tanto pero se mintió a sí mismo.

Esperaba que Jeonghan siguiera abrazado a su cuerpo en la mañana y no era así.

Los pensamientos se interrumpían por esa persona tocando la puerta con insistencia, y podía reconocer aquella voz, era su padre.

— ¿Acaso no piensas abrir? Es muy molesto.

La voz bajo la sábana lo sorprendió, era un tono bastante adormilado, y el rostro de Jeonghan iluminó su cara cuando salió de su escondite.

— ¿O acaso ese es tu novio al que le estás siendo infiel conmigo? — Jeonghan tenía esos ojitos entrecerrados, su cara lucía esponjosa, y el cabello era un desastre perfecto.

Seungcheol sonrió enormemente al verlo aún adormilado sobre su sofá, a su lado.

— Sí, creo que es mi pareja. Escóndete. — La expresión en el rostro de Jeonghan hizo reír a Seungcheol, era obvio que estaba bromeando pero Jeonghan estaba lo suficientemente cansado para hacer o decir algo. — Es mi papá, vino a traerme a Kkuma.

— ¿Kkuma? — Jeonghan se acomodó una vez más a su lado, su mal hábito de moverse al dormir era algo que no podía controlar, y ahora se encontraban frente a frente, ambos cansados y adormilados.

— Es mi cachorrita.

— Quiero verla, búscala. — Jeonghan dijo cerrando sus ojos, acurrucándose en la sabana para robarla toda.

Seungcheol no le quedó más que sentarse, estirándose un poco antes de levantarse, y ver que el reloj marcaba las seis de la mañana. Su mirada volvía a Jeonghan descansando sobre el sofá, solo para enternecerse por lo lindo que era Jeonghan durmiendo.

En su camino a buscar unos pantalones de pijama, recogió unos cuantos condones usados que habían descuidado la noche anterior, echándolos a la basura antes de darle la bienvenida a Kkuma.

— Padre. — Al abrir la puerta se encontró con la imagen de su padre con el ceño fruncido y con la más preciosa cachorra en sus brazos, tenía un lindo broche de cerezas, y esta no tardó en saltar a los brazos de su papá, quien la recibió con besos y muchos mimos. — Lo siento por tardar, estaba durmiendo.

— No te preocupes, y felicidades por el comeback, Seungcheol. — Su padre hablaba con una sonrisa al felicitarlo, Seungcheol le sonrió de vuelta después de un bostezo con su cuerpo recargado en el marco de la puerta.

La imagen de su hijo aquella mañana era diferente, mayormente Seungcheol despertaba temprano para hacer ejercicio o alguna que otra actividad, pero esa mañana había cierta rebeldía en su apariencia, tal vez era por los rasguños en sus brazos o la forma desorganizada de sus cabellos o quizás esa embobada sonrisa que era incapaz de reconocer en su hijo.

Big Reputation | JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora