Actos...

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Lucerys observaba las cartas regadas en la mesa, todas con propuestas de matrimonio de las diferentes casas de Westeros.
Por un momento pensó, que lo que había sucedido unos días antes había servido para hacer que su padre entendiera que el ya no lo veía así, que para Lucerys era solo Aemond, su alfa.

Se sentía tonto realmente tonto, había creído que Aemond lo ignoraba porque tenía cosas importantes que resolver, más la realidad era otra.

Un suspiro salió de sus labios llamando la atención de su padre.

—¿Ya te decidiste? —preguntó  sin dedicarle una mirada.

—No, creo que te lo dejo a ti, son demasiadas, escoge las que te parezcan más adecuadas y las revisaré después. —su voz carecía de toda emoción, se levantó dispuesto a irse, pero como siempre su padre tenía otros planes.

—Tienes que hacerlo tú Lucerys, no puedo elegir por ti. —dijo serio.

—Ya lo haz hecho. —su voz salió dolida dejando ver cuánto le afectaban las acciones de su padre—. Que más da a quien elijas, todos quieren lo mismo. —Luke estaba harto de todo—. Las riquezas Velaryon, una alianza con la corona, un coño que follar, da lo mismo padre, elijas a quien elijas tendrá el mismo resultado, yo abierto de piernas sobre su cama. —se encaminó hacia la puerta sin dedicarle otra mirada saliendo de ahí más que decepcionado.

Aemond había quedado helado ante las palabras de su hijo, más sabiendo que este tenía razón, la mayoría de Lores no ofrecían nada que Lucerys no tuviera ya, cualquier Lord que desposara a su hijo sería el único beneficiado.
Pero era la única forma de mantener las distancias, con Luke casado y lejos no abría tentación alguna de querer tenerlo para el, aunque eso significara sacrificar la felicidad de ambos. Se dispuso a revisar las cartas escogiendo unas cuantas, se las llevaría a su hijo después.

Luke se encaminó hasta el patio de entrenamiento, necesitaba descargar su furia con algo o alguien, entreno por un largo tiempo venciendo a unos cuantos caballeros que aceptaron combatir con el. Todavía era algo mal visto que un omega entrenará y aprendiera a combatir, su padre le había contado que su madre a pesar de su corta edad había sido una hábil guerrera, especialmente buena con el arco y flecha.

Luke era bueno con la espada, llevaba varios años recibiendo entrenamiento de su maestro Ser Erryk, este lo había instruido bien en el combate, a veces Lucerys pensaba que esa era la razón por la cual ninguna propuesta de matrimonio había llegado para el ya estaba en edad y ni siquiera una había llegado hasta Dragonstone, ningún Lord aceptaría que su omega gustará de pelear con cuánto caballero se le pusiera enfrente.

Cuando su abuelo Corlys le informo que había estado recibiendo varias propuestas de matrimonio desde algún tiempo Luke le pregunto porque no las enviaban a Dragonstone, su abuelo le comento que claro que lo habían hecho pero siempre era lo mismo no recibían ni siquiera una negativa por parte del príncipe Aemond, por eso habían optado por enviarlas a Drifmark.

Antes eso le hubiera parecido solo una sobreprotección de su padre hacia el, pero ahora sabía muy bien las razones que este tenía para no aceptar ninguna propuesta.

A la vez que lo llenaba de emoción ser correspondido, su decepción era mayor al ver que su padre prefería esconder sus sentimientos hacia el que decidirse y tomarlo como esposo.

Lucerys sabía muy bien que el no le era indiferente a Aemond, varias veces lo había visto observándolo de una manera que un padre no haría con su hijo, su sorpresa fue grande al percatarse de que en cada celo su padre pedía por omegas de placer, pero no cualquiera, Luke espió varias veces a los sirvientes los cuales llevaban a diferentes omegas con su padre, llegó a pensar que se trataba del mismo pero se dio cuenta que estos solo compartían rasgos por eso parecían la misma persona, siempre era lo mismo, omegas masculinos de suaves rizos cortos, cabello negro, piel blanca, ojos verdes, complexión delgada, no tardó mucho en atar cabos, queriendo confirmar sus sospechas en el último celo de su padre se había escabullido por los pasadizos que daban a sus aposentos, por un momento se arrepintió, la escena que presenció lo hizo enrojecer hasta las orejas de inmediato, el omega que se parecía tanto a el gemía sin pudor alguno llamando "papi" a su padre, este correspondía follandolo cual animal, solo repitiendo un nombre... Su nombre, {Lucerys mi Lucerys} era lo único que salía de la boca de su padre, intento apartar la mirada pero no pudo, era como verse a sí mismo en la cama con su padre, inevitablemente su mancha se hizo presente, Luke salió corriendo de ahí, apenas cerrando nuevamente el agujero por donde había espiado, llegó hasta sus aposentos agitado casi sin respiración, cambiándose rápidamente e ingresando a la cama para intentar dormir, pero cada que cerraba los ojos la escena que presenció se repetía una y otra vez, solo que en esta era el él que estaba debajo de Aemond disfrutando las atenciones que este le daba, sin poder evitarlo su mano se deslizó por debajo de su camisón llegando hasta su entrada la cual goteaba con anticipación, sus dedos se hundieron en su interior imaginando como sería ser follado por su padre.

You Belong To Me || Lucemond Donde viven las historias. Descúbrelo ahora