Distancia

378 33 11
                                    

El olor a hierbas e incienso lo recibió al despertar, su vista se enfocó mejor reconociendo vagamente la habitación donde se encontraba, unos movimientos en el lugar lo alertaron de inmediato obligándose a despertar por completo.

—¿Mi príncipe? —Erryk su fiel caballero apareció rápidamente a su lado— ¿Se siente bien? —se las ingenio para asentir, su cuerpo dolía un poco y sentía su cabeza explotar.

—¡Príncipe! —Gerardys apareció también— ¿Como se siente? ¿Recuerda que pasó?

La pregunta lo obligó a pensar y a recordar lo sucedido en el patio de entrenamiento, desvío su vista del maestre hasta su propio cuerpo percatándose que no bestia la ropa de entrenamiento.

—¿Lo perdí? —su voz salió apenas, rasposa y apagada como el mismo se sentía, Gerardys lo observó por un momento antes de asentir.

—Perdoneme mi principe. —bajo su cabeza— hice lo que pude pero era muy reciente y nada sirvió para lograr retenerlo. —la voz del hombre transmitía su sentir, la tristeza era evidente, Erryk se abstuvo de estar ahí sin decir palabra alguna imaginándose a que se referían.

—Lo que está destinado a ser será.
—su voz salio fría y carente de toda emoción—. Y mi destino no es estar aquí. —un pesado suspiro acompaño sus palabras—. Ser acompañeme a mis aposentos por favor. ¿Alguien más se enteró? —el maestre negó de inmediato.

—Solo nosotros. Los demás piensan que es cansancio por el combate con su padre mi príncipe. —Luke asintió.

—Es mejor así. Vamos Ser.

En silencio caminaron despacio por los pasillos de la fortaleza, Erryk siempre atento a cualquier recaída o malestar, pero Luke ya no se permitiría caer, ya no podía ser débil una vez más, su padre tomo todo de el así que ya no quedaba nada del Lucerys que un día fue, se juro que su cachorro sería lo último que se permitiría perder, tomaría lo que quisiera sin importar el qué o el quién, el era Lucerys Velaryon futuro Señor de las mareas y la gente conocería su nombre.

—Puede retirarse Ser. —se giro observando a Erryk que se preparaba para replicar pero el Omega se adelanto—. Hablaba en serio, quiero que vaya conmigo a Drifmark así que prepare sus cosas que zarpara mañana al amanecer con mi abuelo.
—no lo dejo contestar nuevamente— Y es una orden así que obedezca. —sin más remedio Erryk asintió.

—Como ordene mi príncipe.

—Y gracias Ser, gracias por todo.
—Erryk asintió sonriendo levemente.

—Es un honor. —lo reverencio para luego perderse entre los pasillos.

En la soledad de su habitación Luke se permitió llorar nuevamente, no podía creer como ese lugar había albergado alguna vez los recuerdos más felices y ahora también los más tristes, inconscientemente su mano bajo hasta su abdomen ni si quiera sabía cómo había sido posible aquello, faltaba mucho para su celo y era imposible que algo así pasará, pero al final no importaba, había perdido a su cachorro uno que ni siquiera supo que tenía dentro de él, ni si quiera se preocupó por avisarle a sus abuelos que sí iría con ellos quizá ya se lo imaginaban la noticia de su enfrentamiento en el patio seguramente ya les había llegado. Se saltó la cena queriendo descansar, no quería pensar en nada ni nadie más.

El ajetreo en su habitación lo despertó, todavía sentía su cuerpo pesado y algo dolorido pero era soportable, sin muchas ganas se levantó para estar listo en cuanto sus abuelos partieran, no les había avisado a los gemelos temía como reaccionarán no sabía cuánto estaría en Drifmark y era mejor que ellos se hicieran a al idea de que pronto el ya no estaría ahí. No como antes.

You Belong To Me || Lucemond Donde viven las historias. Descúbrelo ahora