Me puse de nuevo sobre mis rodillas para levantar nuevamente las sábanas y como por arte de magia ya no había nada.Realmente las cosas se estaban poniendo feas en Ryestritt, y ni siquiera sabía en ese entonces, que se pondrían incluso peor...
Pasé todo el día sentada en mi escritorio, pensando como fue posible que mi hermano desapareciera sin dejar ningún rastro o algo para saber aunque sea como estaba.
Tenía vagos recuerdos de que la noche de mi cumpleaños Dan había salido con Ryan. No lo consideré importante ya que cada año hacía lo mismo en días como esos.
El cielo ya empezaba a bañarse de distintas tonalidades de naranjas, el sol empezaba a bajar y aún no habían noticias de mi hermano. Esto cada vez se ponía más raro.
No he vuelto a sentir ese asqueroso olor, de seguro ese cadáver no ha vuelto a aparecer. Ahora mismo parezco estar loca, pero no quiero engañarme diciendo que este pueblo nunca me pareció raro, o mas bien mi propia casa.
Decidí darme una ducha para despejar mi mente, al salir del baño enredada en mi toalla vi de nuevo ese misterioso collar. Recordé que desde que había llegado a esta casa, habían empezado los problemas.
Poco a poco lo tomé entre mis manos y me lo coloqué alrededor del cuello. Me pareció ver un pequeño destello a través del espejo.
Me volteé y no había nada, me vestí algo apresurada porque, a pesar de todo, si que tenía un poco de miedo. Me metí bajo el edredón y me quedé mirando al techo.
Al poco rato me quedo dormida y a lo lejos me parece escuchar pasos.
De nuevo estaba en el Delighted. Ese asqueroso olor a putrefacción lo sentía muy cerca de repente. Esa voz que gritaba un nombre imposible de descifrar desde donde me encontraba. Mis manos estaban llenas de sangre. Creí tener la respiración agitada, pero no era yo, sino más bien la persona que se encontraba detrás de mí. Me giré un poco para saber quien era. Reconocí esos ojos avellana y esa cabellera oscura.
Daniels.
Mi hermano mayor se encontraba a gatas por el suelo luchando por no caer de cara. Sus brazos temblaban y tenía algunas gotas de sangre en ellos. Quise acercarme a él pero algo me lo impedía.
Yo no era yo, estaba en el cuerpo de algo mucho más grande, más fuerte, algo peludo. Una especie de lobo blanco. Me horroricé al verme a mi misma convertida en esa bestia. Yo le había causado eso a mi hermano, era todo mi culpa. De nuevo intenté acercarme, pero algo me lo impidió tirando de mí al mismo lugar.Estaba atada a unas cadenas de hierro que abrazaban el tronco de un árbol antiguo rodeado de raíces que sobresalían del suelo.
Quería correr y salir de allí pero esa voz seguía gritando aquel nombre y lo entendí, era el nombre de mi mejor amigo el que gritaba. Heinell Kingsley. Sacudí mi cabeza intentando no pensar en eso y en ese momento, miré un poco más arriba, amarrado a uno de los árboles se encontraba él, mi mejor amigo.
Volvía a estar en mi cama, sudada y con la respiración entrecortada. Estaba tensa, muerta de miedo, temiendo que eso que vi, haya sido real, pero de algo estaba segura, mi hermano estaba en ese bosque.
Me levanté y me duché como acostumbro hacer. Me vestí y salí a caminar. Resultó que inconscientemente había llegado a casa de mi mejor amigo. Di unos cuantos toques, nada, volví a tocar y sentí la voz de su madre. Abrió la puerta y me dejó ver su rostro lleno de ojeras, llorosa.
-Señora Kingsley, ¿qué le ha pasado?- pregunté intentando no llorar, temiendo que fuera lo que pensaba.
-Heinell ha salido ayer en la noche, y no ha vuelto desde entonces.- me respondió entre lágrimas la pobre señora.La abracé con fuerza mientras me aseguraba aún más, que yo debía entrar en ese bosque y encontrarlos a ambos.
Llegué a mi casa y preparé todo. Saldría hoy en la noche mientras mis padres durmieran. Tampoco espero que se preocupen mucho.
...
Ya era casi media noche, estaba sentada en mi cama moviendo mi pierna de arriba a abajo nerviosa. Dentro de una hora tendría que salir y arriesgarme a lo que sea que se encuentre ahí fuera.El pecho empezó a dolerme, algo se estaba apretando fuertemente contra el.
Mi collar, aquel amuleto misterioso que desde que llegó no ha hecho más que desencadenar una catástrofe, estaba segura de que algo tenía que ver con todo esto.
Miré el reloj de mi mesilla y ya era tiempo de partir. Salí de casa intentando hacer el menor ruido posible y me dirigí hacia los límites del Delighted...
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De cara a la realidad
RandomEl pequeño pueblo de Ryestritt, mejor conocido por Delighted, en honor al bosque que establece el límite entre las regiones, está situado entre dos altas montañas cubiertas de gruesa nieve debido al frío clima. En la espesura de sus árboles se dice...