Capítulo 6

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-¿De que marca hablas? No estoy entendiendo nada- dije confusa.

-Ashly, ese animal que viste encadenado en el bosque, es un hombre lobo....

-Pe-pero no entiendo, ¿cómo sabes tú eso?- dije entre asustada y confundida.

-Pues no daré muchos detalles, pero mi padre es el sherif, digamos que un día me dio por revisar sus cajones y habían fotos de esta especie de runas y hablaban sobre esta extraña enfermedad nocturna en algunos pueblerinos- dijo de forma seria -No se sabe aún de dónde proviene esto, se dice que puede ser una especie de maldición qué vuelve a surgir cada 5 generaciones. Su conversión puede ser muy agresiva o dejarlos inconscientes durante horas o quizás incluso días. Por estas razones algunos se alejan al bosque para no volver nunca más. Se dice que esos son los monstruos de los que se habla en la leyenda del Delighted. El libro original del pueblo habla sobre esta, por tanto debe ser realmente antigua. Escucha, no sabemos a qué nos enfrentamos en ese bosque y creo que sería mejor no volver ahí mientras no lo sepamos.-dijo con expresión preocupada.

-¿Dónde se encuentra el libro original del pueblo?- pregunté convencida de que iría a buscarlo al fin del mundo.

-¿Sabes lo que quieres hacer?- preguntó mientras me veía seriamente, al ver que asentía siguió -Pues bien, el libro se encuentra en la oficina de mi padre, sería traición que su hijo entrara a su propia oficina a robar.

-Eso es sencillo, tú no vas, yo si, ¿cuál es la ubicación exacta de ese libro?- pregunté decidida.

-No es exactamente un libro y está en una caja fuerte obviamente muy bien protegida, mi padre casi nunca sale de su oficina y si no me tienes a mí para distraerlo nunca podrás entrar ahí- dijo frunciendo el ceño.

-¿Sabes el código de protección?- pregunté esperando que por favor lo supiera.

-Pues claro que lo sé, es mi fecha de cumpleaños- dijo como si fuera lo más obvio.

-Pues que cliché, ¿cuál es tu fecha de cumpleaños?-

-Veintisiete diez cero uno- dijo con una sonrisa.- Nunca fue muy bien recibido, pero mi mejor amigo, tu hermano, siempre hizo que no me sintiera tan solo. Espero que se encuentre bien.- dijo con algo de tristeza en su expresión.

Era cierto, mi hermano puede que no haya sido la mejor figura de mi vida, pero sabía que con sus amigos era el mejor de todos.

Entre tanto parloteo ya habíamos salido del bosque y nos dirigíamos a su casa, la cual estaba bastante apartada y solitaria. Después de todo no podría volver a la mía hasta resolver esto.

Desde fuera se veía una tenue luz en la ventana y un ambiente cálido. Tenía un jardín bien trabajado y unos pequeños escalones de piedra.

Entramos en la estancia y nos recibió una agradable calidez hogareña, en el bosque hacia demasiado frío.

Nos dirigimos a la sala y nos sentamos en el sofá mirando el fuego de la chimenea. Era raro tanto frío en una noche de verano.

-¿Tienes frío?- me preguntó Ryan por lo que asentí encogiéndome un poco sobre mi misma.

-Traeré unas mantas- dijo mientras se ponía de pie y subía las escaleras.

Poco tiempo después en el que estuve pensando mientras miraba el fuego escuché sus pasos. Traía en los brazos varías colchas que se veían realmente suaves y calentitas.

Las dejó caer a mi lado en el sofá para sentarse el también.

Poco después cada uno estaba acurrucado en su lado viendo un reality show sobre coqueteos. Él se mostraba inconforme, pero sabía que en el fondo si que le interesaba el programa.

-Sigue sin gustarme esta mierda- dice con el ceño fruncido a la televisión.

-Oh claro que te gusta, mírate, lo estás disfrutando como nadie- dije con sarcasmo con la intención de molestarlo.

-¿Pero no vez que Steven no capta las indirectas de Karen? ¿Cómo te puede gustar eso?- dijo volviendo a mirar el televisor como si quisiera asesinar a los concursantes del programa.

Se me fue una risita que hizo que me mirara de nuevo, casi parecía ofendido.

-¿Y a tí que te hace tanta gracia?-

-Mírate, si te la das de fuck boy sexy y egocéntrico diciendo palabrotas y comentarios presumidos y al final tienes un corazón de pollito- digo mirándolo con ternura.

-¿Acabas de decir que soy sexy?- pregunta enarcando una ceja.

-¿De todo lo que dije es eso lo único que captas?- pregunto yo de vuelta evitando responder.

-¿Tú acabas de no negar que dijiste que era sexy?- dijo con una sonrisa expandiéndose en su rostro.

-Oh vamos, si ya lo sabes, no es tampoco que sea tu mayor descubrimiento, Ryan- dije con obviedad.

-Pero es importante que me lo digas tú, querida Ashly. Por cierto, nunca habías dicho mi nombre-

-No lo consideré importante la verdad, no es algo que marque tanta diferencia entre nosotros-

-¿A qué diferencias te refieres?- preguntó acercándose despacio.

-Cómo por ejemplo la forma de expresar lo que sentimos, la forma en que vemos nuestra relación..- dije, enumerando algunas cosas.

-¿Acabas de decir que tenemos una relación?- pregunta

-¿E-eh?- dije nerviosa- N-No quise decir eso..eh-

-Pero lo dijiste- volvió a decir. -¿Cuál es exactamente nuestra relación Ash?- dijo susurrando mi nombre

-Amistad, supongo- dije en un susurro.

-Puedo ver la forma en que me estás mirando, Ashly, siempre puedo verlo- dijo, sentía su aliento muy cerca de mi cara.

-Yo no te miro de ninguna forma- dije con algo de debilidad.

-Claro que sí que me miras de otra forma muy distinta- dijo.-Como si fuera mucho más que amistad, de hecho, como si fuera algo mucho más grande-

-¿Y tú?- dije de nuevo en un susurro.

-¿Yo qué?- dijo él de la misma forma.

Esta vez ambos dirigíamos miradas fugaces a nuestros labios, ya casi no quedaba espacio entre nosotros, nuestras narices ya se rozaban.

-¿De que forma me miras tú?- dije

-Creo que eso está muy claro- dijo de vuelta.

-Dímelo, dime lo que sientes- dije algo nerviosa

-Pues...

De cara a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora