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Pasó una pequeña semana desde que Jennie recogió a la gatita de la calle. Lisa pasaba mucho más tiempo de lo común con ella, y eso hacía que las mariposas revolotearan ansiosas en su estómago a causa de la linda y joven estudiante de veterinaria.

No tenía desentendido para ella misma que Lisa le gustaba, y pasar tiempo con ella era lo mejor.

En esos momentos, ambas estaban juntas en su casa. El gatito descansaba en sus piernas y ronroneaba con cada tierna y suave caricia que Jennie le daba. Era una gatita muy consentida, eso era claro.

Llevaban al menos más de media hora eligiendo el nombre del gato.

—Mmmh, ¿Brillantina?—preguntó Lisa mientras veía opciones en su celular.

Jennie hizo una mueca.

—Lili, es un gato negro. ¿Cómo le vamos a poner brillantina si literalmente se camufla en la oscuridad?—cuestionó Jennie con obviedad.

Lisa chasqueó la lengua, indignada. 

—¡Pero tiene los ojos claros!—argumentó Lisa cruzada de brazos y Jennie arrugó la nariz.

—¡¿Y eso que importa?!—Jennie hizo un puchero—. Podríamos ponerle un nombre que sea acorde con sus ojos y su pelaje—explicó Jennie, sintiendo el gato pararse por un momento y volverse a dejar caer perezosamente en el regazo de Jennie.

Lisa se quedó pensativa por un momento, reflexionando sobre la sugerencia de Jennie. Los ojos claros del gatito eran realmente llamativos, y podría ser interesante elegir un nombre que reflejara esa característica única.

—Bueno, es verdad—admitió Lisa—. ¿Qué te parece pelusa?

—Todos los gatos se llaman pelusa—se quejó Jennie.

Lisa frunció el ceño, reflexionando sobre la observación de Jennie. Estaba decidida a encontrar el nombre perfecto para el gatito, uno que fuera único y significativo.

—Tienes razón, necesitamos algo más original —concedió Lisa, con determinación en su voz—. ¿Qué te parece Nova?

Jennie balanceó su cabeza de un lado a otro como si lo pensara.

—¡Ay pues escoge tu!—gruñó Lisa, cruzándose de brazos y Jennie no pudo evitar reír ante su comportamiento infantil.

—Bueno—comenzó Jennie—. Si tiene ojos claros, pero pelaje negro, podríamos llamarlo Eclipse—opinó Jennie y el gato maulló, como si estuviese de acuerdo con la sugerencia de Jennie.

Lisa sonrió ampliamente ante la sugerencia de Jennie, sintiendo que Eclipse era el nombre perfecto para el gatito. La combinación de sus ojos claros y su pelaje oscuro realmente recordaba a un eclipse, y era una elección única y significativa.

Taking Care of a Kitten - Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora