📍 Monza, Italia.
―El sábado miro la clasificación desde el área de prensa del circuito. No me siento con ganas de estar en el garaje con las cámaras y ese tipo de cosas. Además de no estar de humor, tengo demasiado trabajo que terminar así que llevo mi computadora conmigo. Me siento un poco más a gusto allí, porque todos están concentrados en su trabajo.
Aún así, estar aquí y ver cada sesión realmente es una experiencia distinta a la de ver todo desde casa. Es emocionante y hace que me sienta feliz de estar aquí... no dura demasiado eso porque en cuanto comienzo a sentirme feliz, otros sentimientos salen a flote y hacen que esa felicidad se reduzca a algo tan pequeño que rápidamente que se siente como si todo fuera siempre tan complicado. Pero intento que eso no me desanime del todo.
Todo sale bien en el circuito ya que ambos pilotos obtienen buenas posiciones para la carrera de mañana y por primera vez en dos semanas, Lia, Hannah y yo finalmente podemos cenar juntas en el hotel. Si no fuera porque Lia y yo trabajamos juntas no habría podido verla, como casi no he visto a Hannah a excepción de las transmisiones en el circuito.
—Oye —comienzo a decir llamando la atención de Hannah —. ¿Ya podemos llamarte asaltacunas? —bromeo para molestarla pero ella parece confundida.
—Si, no nos has dicho que paso con eso —señala Lia.
—¿Qué pasa con quien? ¿A que se refieren? —pregunta riendo Hannah pero intercambio miradas con Lia porque Hannah no es de las que evita preguntas y eso solo significa que teníamos razón, algo pasa.
—Con Piastri —respondo sonriéndole para alentarla a que nos cuente un poco más.
—Dijiste que era un niño pero prácticamente te quedaste viendole el trasero por más tiempo del necesario —señala Lia.
—¡Claro que no! —exclama Hannah ofendida pero las tres reímos —. Él es literalmente un niño, ni siquiera parece que sepa como lavar su propia ropa sin la ayuda de su mamá.
—Pues quizás le interese que sea su sugar mommy ¿No? —sugiero y Lia ríe conmigo.
—No digas idioteces —se queja ella apartando la mirada pero es imposible que no me cause risa la situación.
Estar con Lia y Hannah siempre hace que mi mente se tranquilice o al menos me hace sentir que puedo disfrutar el presente. Reír por tantas tonterías y bromear libremente con mis amigas es de mis cosas favoritas, aunque nunca lo hago tan seguido como debería porque siempre hay algo que requiere más prioridad. Así es como la vida siempre pasa sin detenerse sin importar cual sea la prioridad que tenga... aunque siempre es la misma.
Hace un par de años, antes de que diagnosticaran a mamá, Lia me propuso vivir juntas en Londres. Ella estaba tan emocionada con la idea que hasta había dividido los gastos y calculado cuánto tiempo nos costaría ir y volver a Milton Keynes. Pero en ese momento la salud mental de mamá comenzó a empeorar como nunca antes, así que no pude mudarme con mi mejor amiga.
Intenté convencer a Lia de que no era muy practico porque mi casa está un poco más cerca de la fábrica a comparación de Londres. Claro que Lia se sintió decepcionada pero supongo que supo entender que no iba a dejar a mamá sola. Claro que eso fue un poco antes de que comenzara la pandemia por Covid y cuando todo eso ocurrió, me sentí agradecida por haber rechazado la oferta de Lia.
—¿Como que idiotes? —pregunta Lia con sarcasmo mientras contiene su risa porque parece divertirse tanto como a mi la situación —. Yo creo que harían una linda pareja.
—Aunque como consejo de prensa, evita admitir que es tu sugar baby —le sugiero y las tres volvemos a reír.
—Genial ¿La diosa del marketing ha vuelto? —pregunta ella —. Porque si quieres lo anuncio para que todos vengan a pedirte consejos de marketing —añade y niego rápidamente.
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Ready to be » Max Verstappen
FanfictionMax y Astrid llevan años odiandose y trabajando en el equipo de Red Bull, pero ¿Qué es lo que se esconde detrás de tanto odio? Después de un cambio de planes Astrid es ascendida como jefa de prensa para al equipo y deberá viajar con el equipo... y...