Ready to be » Max Verstappen

3.1― Información confidencial.

📍 Casa de Astrid en Reino Unido.

—¡Mamá! —exclamo desde mi habitación mientras termino de guardar las últimas cosas en mi maleta —. ¿Has visto mi buzo? Lo dejé para lavar cuando volví de Zandvoort —le aclaro pero no oigo respuesta. Si no me apuro, voy a llegar tarde a la oficina. Se supone que nos reuniremos ahí para ir todos juntos al aeropuerto —. ¿Dónde diablos? —me pregunto a mí misma revisando los cajones y dejando todo el resto de ropa desordenado —. ¡Voy a llegar tarde! —me recuerdo a mí misma, así que salgo de la habitación y busco a mi madre en su habitación primero y luego la encuentro en la sala —¿Lo has visto? —repito y ella levanta lentamente la vista de su teléfono aunque parece que no me ha oído realmente, así que repito por tercera vez mi pregunta.

—No —responde ella y vuelve a mirar su teléfono totalmente desinteresada.

—¿Lo lavaste? Lo traje de Zandvoort el lunes —repito porque eso fue apenas hace tres días y aunque uno creería que después de un viaje así, después vas a descansar, no es la realidad. El lunes sí lo tuve libre, así que dormí prácticamente sin parar y ayer tuve que volver a la oficina para preparar todo para Monza.

—¿No puedes lavar tu ropa? —pregunta sin observarme y me sorprende porque ella es la que se encarga de eso. Ella es la que se queda en casa todo el día porque no tiene empleo, así que...

—Mamá —comienzo a decir molesta, pero me detengo porque no quiero discutir, no tengo tiempo para discutir ahora mismo —. No importa, buscaré algo más para llevarme —digo resignada —. Pero, por favor, lava lo que queda. Voy a necesitarlo cuando vuelva —le pido y esta vez vuelve a levantar su vista para verme.

—¿A dónde irás? —cuestiona y la observo confundida.

—Mamá, te dije que esta semana iré a Monza —le recuerdo pero ella no parece recordarlo —. Te hice un calendario con las semanas que viajaré y lo dejé en la nevera —añado pero ella no responde y no tengo más tiempo para perder, así que comienzo a caminar en dirección a mi habitación otra vez hasta que ella vuelve a hablar.

—Claro, deja a tu madre sola otra vez —suelta por lo bajo y cuando vuelvo a verla, tiene su mirada su teléfono otra vez.

—No me voy de vacaciones, mamá —señalo molesta —. Voy a trabajar y teniendo en cuenta que tú tampoco consigues un trabajo, no creo que esté en posición de negarme al trabajo —añado conteniendo el enojo pero a ella no parecen importarle mis palabras porque se pone de pie y pasa a mi lado de camino a su habitación.

—Pues puedes lavar tu ropa tú sola entonces —señala ella antes de cerrar la puerta de su habitación detrás de ella y contengo un suspiro frustrado.

No tienes tiempo para esto, Astrid, me digo a mí misma. No tengo tiempo para molestarme ni para sentirme de otra forma, así ya no contengo el suspiro y vuelvo a mi habitación. Tomo mi maleta y busco las llaves del auto. Creí que mamá estaba teniendo una racha de buenos días, pero era evidente que no se está tomando muy bien estos viajes de trabajo.

En general suelo agradecer tener que conducir por casi un hora para llegar a la fábrica, pero en días como estos donde salgo de casa después de un intercambio de opiniones o palabras con mamá... se siente como una pesadilla tener que conducir por tanto tiempo. Aunque pongo música para que no retumben mis pensamientos en el auto, no puedo evitar pensar que todo esto ha sido una mala idea. Quizás sí debería haber rechazado el puesto.

Cuando volví de Zandvoort no parecía tan molesta, no hablamos mucho porque yo estaba cansada pero tampoco discutimos así que pensé: de acuerdo, no fue tan malo como esperaba. Quizás pueda hacerlo y eso me había animado a pensar en este viaje a Monza. Pero ahora ya no me siento tan segura al respecto, incluso comienzo a preguntarme si debería cancelarlo y decir que tengo una emergencia familiar o algo así.