VIII; Les deseo suerte

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Nikos no había tenido tiempo para prácticamente nada con todo el ajetreo del festival de fuego. La seguridad se redoblaba ya que un montón de personas llegaban al reino para inscribirse en las diferentes actividades que disponía el festival de cinco días. El primero, Arco de fuego, el segundo, Espadas en llamas, el tercero, Caballo quemado, el cuarto, Cuevas de fuego. El quinto día eran las premiaciones y un baile.

La obligación de los soldados era inscribirse y pasar la mayoría para llegar a ser tres estrellas Altar, de lo contrario se quedarían siendo dos estrellas. Sólo tres personas son ascendidas, lo que indica que ganar las competencias no era tan fácil como podía parecer. 

Durante los últimos meses habían entrenado muchísimo, aunque en contadas ocasiones el príncipe Vidarr se paseaba por los campos de entrenamiento. 

Finalmente había llegado el primer día del festival. Los guardias estaban formados en filas con su respectivo uniforme y bandera, pues habían guardias de todos los reinos. Altaras se caracterizaba por el color azul, Haelius rojo, Evalar verde, Beleth morado y Wolfeth rosado. Su majestad entonces puso inicio a la ceremonia.

—Gracias a todos por venir y bienvenidos a el festival de fuego, festival que honra la muerte de mi madre, la reina Rose —entona—. Mi madre toda su vida se dedicó a auxiliar aquellos que necesitaban auxilio, a proteger a los más vulnerables, a transformar a grandes guerreros que alguna vez rechazaron. Por ello, hace más de veinte años, decidimos inaugurar este festival que hará tan sólo un grano de arena de lo que ella hacía.

Los elogios se escucharon por todo el recinto, con mucho furor y entusiasmo, los soldados estaban listos para combatir.

—Queremos ver nuevas caras y nuevos talentos, talentos que sorprendan al jurado —completa el Rey Sage.

Vidarr entonces se acerca al centro y con voz solemne se dispone a continuar;

—El jurado está compuesto por Leonidas, nuestro comandante Real, Kael Raven, Rey de Evalar, Sage, nuestro Rey y yo, príncipe de Altaras. Cada prueba tiene una duración de dos horas. Participante que no llegue a la meta en ese tiempo, participante que queda descalificado.

Hubo un pequeñísimo silencio, los participantes dudaban, pues ser descalificado se traduce a no poder participar en otro Festival de Fuego por cinco años. Cinco. Es muchísimo tiempo. Tanto esfuerzo para nada.

—Dicho esto —dispusó Sage—, les deseo suerte.

De nuevo, los gritos se retomaron, mientras los grupos se disipaban, listos para el primer evento. Arco de Fuego.

Nikos no era particularmente malo en el arco, pero tampoco era su fuerte. Podría hacer algo seguro. Pero había algo que le preocupaba. Los soldados de Haelius. Por suerte aún no reconocía ninguna cara, pero eso no era lo más grave, porque si ellos estaban aqui, seguramente su rey también, y ese era alguien que definitivamente no quería cruzarse. Ni debía.

Tenía un plan.

Sí, sus planes no siempre eran los mejores, sobretodo considerando estos últimos años, pero este tenía muchas probabilidades de funcionar. 

Para no ser reconocido por nadie de Haelius, iba a usar una máscara durante los combates, y cuando gane entonces le diría a uno de los jurados quién es en verdad. Y listo.

Sencillo, ¿no?

Pues no.

¿Como había pasado las últimas tres pruebas? Un misterio. En la prueba de arco tuvo un poco de suerte, a decir verdad. Le tocó con un aparente novato. Tenía mala puntería. El segundo, Espadas en llamas, no fue suerte. Nikos era especialmente bueno con la espada, para eso entrenaba cada día desde hace años. No fue fácil su rival, pero nada que no pudiera manejar. Caballo quemado consiste en saltar con tu caballo por una pista de obstaculos en llamas, mientras te atacan. Afortunadamente, el caballo no se quemó.

La Corona del Príncipe;; Omegaverse BL. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora