X; Deja de decirme alteza

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—¿Quieres explicarme ahora mismo qué ocurrió?

Sage normalmente mantenía su voz apaciguada y tranquila, pero cuando se trataba de Vidarr, su paciencia se arremolinaba. De solo pensar que su hermano menor, a quien había criado casi como su hijo, se había lastimado, el corazón se le encogía.

—Gritas mucho... —reprocha Vidarr, mientras se mantenía acostado en la cama— alguien me atacó en el bosque.

Sage endureció la mirada.

—¿Te atacó?

—Estaba con Ópalo. De la nada, una flecha atravesó mi pierna. Ni siquiera vi de quién se trataba.

El vendaje ya manchado de carmesí permanecía en el muslo del príncipe, y su cara de dolor que bien sabía disimular se reflejaba.

—Por los Dioses, Vidarr. Esto es muy grave.

El rey se sentó al lado de la cama, con su expresión de tensión.

—Lo encontraremos, a ese bastardo.

La puerta sonó levemente aunque la noche ya estaba bien acomodada, descartando la posibilidad de cualquier individuo ordinario, pues no se acercarían a la habitación del príncipe en aquellas horas.

—¿Esperas visita? —Sage cambio su expresión a una más ligera, casi divertido.

Vidarr solo pudo imaginar a una persona; Nikos. El semblante mudo del alfa le dio a su hermano la confirmación que necesitaba para levantarse a abrir la puerta, encontrándose un pequeño muchacho con una expresión avergonzada.

—Soldado Wolfshur... ¿Qué lo trae por aquí?

El rubio quedó en silencio del impacto, claramente sorprendido por la aparición del rey en los aposentos de Vidarr. Su voz dudó.

—M-majestad... yo...

—Deja de molestarlo, Sage, déjalo pasar de una vez. —La voz grave de Vidarr suena detrás del cuerpo del hermano mayor.

La sonrisa ligera de Sage se mantuvo, aunque discreta.

—Como ordene, Alteza —Se divierte el alfa rey—. Mejor los dejo solos para charlar mejor. Con permiso.

Antes de que Nikos pudiese pronunciar palabra, su majestad abandona el cuarto con sigilo cerrando la puerta a su paso. De pronto el silencio fue sepulcral.

Pero, ¿en qué estaba pensando Nikos? Venir aquí sin ningún aviso... peor aún, encontrar al mismo rey y hermano de Vidarr.

—¿No vas a venir? —La voz suave del alfa suena como un ronroneo de un puma atrayendo a su presa.

El ojiazul no podía ni mantener la mirada, por lo que dio pasos cortos cabizbajos.

—Oh, ¿por qué parece tan avergonzado, soldado?

Vidarr verdaderamente se estaba divirtiendo con la situación.

Las orejas calientes de Nikos esparcían el rubor a las mejillas velozmente.

Una risita se escapó de los labios del príncipe, hasta que pronto acercó su mano para acercar al omega, dándole un beso corto.

—Alteza, no sabía que su majestad estaba aquí... de ser así hubiese esperado a que se marchara.

—Primero... deja de decirme Alteza. —Los ojos verdes que antes lo miraban furiosamente ahora eran delicados y casi cariñosos.

—Pero, usted es el-

—El príncipe, pero ahora estoy en calidad de persona común. Y tú —Enrolla un mechón de pelo del menor— debes llamarme Vidarr. ¿Entendido?

No sabía cuando habían alcanzado tal cercanía, pero Nikos se permitiría disfrutar de ella solo por esta oportunidad.

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⏰ Última actualización: Sep 25 ⏰

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