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Charlotte llegaba tarde a la clase de diálogos de preparación para la universidad, igual que Ruby. No era el mejor día para Charlotte. A penas había dormido esa noche. Pero Ruby parecía mucho más alterada, se le notaba más que a la rubia. Cuando ambas se sentaron en sus sitios, la profesora estaba terminando de explicar lo que harían en la clase de hoy.

-Bueno, continuemos. Ruby, por favor, pasa al encerado -llamó la profesora con una sonrisa amable.

Ruby se levantó lentamente y caminó hacia el frente de la clase, evitando el contacto visual con sus compañeros. La profesora le hizo una pregunta como inicio del ejercicio:

-¿Por qué cree usted que es la candidata perfecta para el Saint Hilda College de Oxford?-

Ante la atenta mirada de todos los de la clase, Ruby se quedó como en estado de shock. No contestaba, y si lo intentaba, solo le salían tartamudeos.

-Yo... e-eh... yo... -balbuceaba Ruby, con la cara cada vez más roja.

La profesora notó su nerviosismo y le indicó que volviera a su asiento.

-Está bien, Ruby. Puedes sentarte. Los nervios pueden atraparnos, pero en estas clases aprenderemos a gestionarlos-

Ruby, visiblemente abrumada, no aguantó más y salió corriendo de la clase. Charlotte no entendía nada, pero al salir lo comprendió todo. La gente la miraba más de lo normal y, cuando llegó junto con Lydia al hall principal, su mirada se dirigió hacia un cartel que colgaba del alto techo. Eran ella y James, en una de las fotos que la señora Beauford les había sacado el día que estuvieron en Londres.

-¿Estás bien? Te noto un poco triste hoy. ¿Te ocurre algo o es por lo del cartel? -exclamó Lydia, señalando el cartel- A mis padres les gustó mucho esa foto y James pidió a los especialistas de marketing de la empresa que hicieran el cartel-

Charlotte admitió que era ideal, y se justificó con Lydia, explicándole que era un momento complicado por temas familiares, y le escribió un mensaje a James de agradecimiento:


Charlotte: Gracias por el cartel, James. ¡Está genial!


Mientras enviaba el mensaje, Ruby se acercó a Charlotte y a Lydia, pero se dirigió solamente a Charlotte.

-No quiero que te encargues más del comité -dijo Ruby con un tono de reproche- Solo querías llamar la atención. Nosotras dos fuimos con James a probarnos los vestidos, y no es justo que solo aparezcas tu en el cartel. Esto solo es una estrategia para destacar-

Charlotte se percató del detalle que Ruby mencionaba, comprendiendo por qué había salido de clase corriendo y las cosas que estaba diciendo ahora. Se preguntó si era porque el cartel solo lo patrocinaban ella y James. ¿Estaría celosa? Sin más, decidió ignorarla, dejando a Ruby con la palabra en la boca en medio del pasillo, bajo las atentas miradas de los demás alumnos. No tenía las ganas suficientes de discutir con Ruby Bell, no hoy.

Esa misma tarde, Charlotte recibió un mensaje de Lydia invitándola a una fiesta esa misma noche. Después de dar una vuelta con su caballo, y pensarse muy bien si ir o no ir a la fiesta, terminó por confirmar la invitación, así que se fue a la ducha y se preparó para la fiesta.

 Bajó a cenar con Georgina, quien se encargaría de llevarla. Mientras cenaban su sushi favorito, hablaron sobre un viaje que le había propuesto Georgina.

-Charlotte, se que hoy no estas muy de humor cariño, pero estaba pensando... ¿qué te parecería un viaje a París? -preguntó Georgina, con una sonrisa cómplice.

-¡¿En serio?! -exclamó Charlotte con los ojos super abiertos brillando de emoción, los malos pensamientos se esfumaron por unos segundos- ¡Me encantaría! Llevo años sin visitar París-

-Pensé que podríamos ir la próxima semana, antes de que te sumerjas por completo en tus estudios para la universidad. Hay una exposición de moda que creo que te gustaría-

-¡Es perfecto! -respondió Charlotte emocionada- ¿Podemos ir a la Torre Eiffel de noche? Siempre he querido ver las luces-

-Por supuesto, cariño. Haremos todo lo que quieras. Será nuestro viaje especial-

Después de cenar, Charlotte subió a lavarse los dientes y darse los últimos retoques antes de la fiesta. Se puso un vestido blanco elegante con complementos dorados y unos tacones a juego. Mientras se miraba en el espejo, recordó la conversación con Ruby y decidió no dejar que nada arruinara su noche. Al fin y al cabo, la fiesta seria en casa de uno de los amigos de James, fuera del alcance de Ruby y sus tormentosas discusiones caprichosas. Bajó las escaleras, lista para la fiesta, y se encontró con Georgina en la puerta.

-Estás preciosa, Charlotte. Vamos, no quiero que llegues tarde, Lydia te estará esperando -dijo sonriendo.

Subieron al coche y se dirigieron a la fiesta, dejando atrás las tensiones del día y preparándose para disfrutar de la noche.

Maxton Hall - James BeaufortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora