Capítulo 5

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—Los equipos se quedan como se formaron desde el inicio.

Cierro los ojos con las últimas palabras del profesor. Joder.

Alessa me observa con atención cuando me escucha suspirar y maldecir al recaer en quiénes conforman mi equipo. No tengo problema con los demás, sólo con uno.

Me acerco de manera sutil al profesor y le comento que quiero cambiar de equipo, pero él me rechaza la petición diciendo que debo aprender a trabajar con gente que me disgusta porque el mundo laboral si es.

¡Esto es la universidad y hay excepciones!

Otro suspiro.

Bueno, me recargo en el escrito y Alessa es quien se encarga de gritarles que los estoy buscando, mi equipo, quien fue reunido por Víctor y esperaba que fuera yo con ellos, se viene conmigo y Víctor se queda solo en cuanto yo sonrío. Vanesa, Emerick y Ronan se acercan saltando y me preguntan qué tema vamos a trabajar. El último en llegar es Víctor, quien no dice ni una palabra.

—¿Trabajamos en una casa o en dónde?

—Sugiero que lo hagamos en mi casa, mis papás nunca están.

Yo me quedo mirando al frente, presto atención, pero sólo los miro cuando dicen que trabajar en una cafetería es mejor que en una casa y que vayamos después de comer. Les pregunto el nombre y tras elegir la hora y el lugar, tomo mis cosas y salgo para irme con Sullivan.

—¡Cyril! —Víctor atrae mi atención—. ¡Espera!

No me detengo, paso de largo y azoto la puerta del salón para indicarle que no quiero saber nada de él. Conforme camino por el pasillo sólo puedo sentir que el corazón me está latiendo muy a prisa, son latidos profundos que me provocan ganas de llorar.

—¿Pasó algo? —Sullivan se acerca en cuanto me ve llegar todo atareado y sudando—. ¿Te hicieron algo? Porque de ser así, voy a partirles las piernas por la mitad y haré que se arrastren por todo el campo deportivo.

Su declaración me hace levantar la mirada y olvidar mi malestar.

—¿Tenías esas clases de tendencias? ¿Amiga estás bien?

Estoy seguro de que nada de esto venía en la información que investigué de esta chica.

—No pasó nada, sólo… —Volteo a ver hacia la dirección donde Xavier espera a Víctor, lo veo ahí. Está mirando en mi dirección—. No. No es nada.

Y después es el mismo rugido de ayer el que atrae mi atención, y no sólo la mía, sino la de muchos.

Ahí está de nuevo ese chico.

Al verle con el casco es difícil saber cómo luce, pero sé que es el mismo por el modelo de su motocicleta. Me salta el corazón cuando esa chica aparece de vuelta y se le acerca, parece que son cercanos por la forma en la que él le arroja una mochila y ella extiende la mano para que le dé algo… Dinero, el chico le da dinero.

—¿La conoces? —me dirijo a Sullivan.

—Se llama Astrid Maxwell, estudia medicina, y ese es su hermano mayor, se llama Haven, es un Biker famoso de por aquí —Alessa me da la información que no pedí, pero necesitaba. Sullivan y yo nos giramos a verla, ¿cuándo llegó?—. Oh, ¿algo más? Bueno, sus padres los abandonaron en un orfanato cuando tenían dos y cuatro años. No sé sus tipos de sangre pero puedo averiguarlo. No suelen ocultarlo, por lo que es algo que saben todos, pero Astrid puede estudiar en esta universidad prestigiosa gracias a que su hermano mayor gana mucho dinero en las carreras. Lo patrocina un pez gordo de manera anónima y todo el dinero que gana va para que su linda hermana menor pueda cumplir su sueño de ser médico neurocirujano, ¿no es lindo? —Ahora Sullivan y yo nos miramos y Alessa se lleva ambas manos a la cadera y nos malentiende por completo—. 18 de febrero y 03 de agosto, son sus cumpleaños, ¿averiguo sus cartas astrales? Estoy segura de que puedo conseguirlo, ah, Astrid tiene un-

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