𝔖𝔪𝔲𝔱𝔰 - 𝔍𝔢𝔫𝔩𝔦𝔰𝔞

After the stage.

En realidad este capítulo es puro versátil, pero es más Jennie top.

N/A: TOCA ACTUALIZAR ACÁ ZORRES.

...

Siempre que estaban en el escenario se sentían enérgicas y eufóricas. Y sobretodo, cuando las canciones que cantaban les gustaban. En el caso de Jennie, a ella le gustaba mucho cantar Kiss and Make up.

Y justo ese día, fue especial.

No se esperó que Lisa se acercara a ella con esos grandes ojos viéndola con picardía, voltearse, pegar su espalda a su torso y sentir el calor de su aliento en su cuello. Jennie contuvo la respiración, sintiendo cómo su corazón comenzaba a latir con fuerza. La cercanía de Lisa era intoxicante, y el aroma a dulce perfume que emanaba de su piel solo aumentaba su deseo.

Reprimió un gemido cuando Lisa movió provocativamente su cuerpo contra ella, presionando ligeramente su trasero en la pelvis de Jennie, la cual sin pensarlo dos veces le siguió el juego y se movió en olas junto a ella, poniendo una posesiva mano en su cintura y apretando disimuladamente.

Jennie podía sentir el calor de la piel de Lisa a través de la tela del vestuario, enviando corrientes eléctricas por todo su cuerpo. No podía resistirse a la tentación de acercarse aún más, dejando que sus manos se deslizaran por los costados de Lisa, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos.

Con un susurro apenas audible, Lisa giró la cabeza hacia atrás, sus labios rozando el lóbulo de la oreja de Jennie mientras susurraba con voz ronca: 

—¿Qué te parece si después del concierto encontramos un lugar más privado para continuar esto?

Jennie apenas pudo contener un gemido ante la sugerencia de Lisa. Asintió con la cabeza, sus labios curvándose en una sonrisa traviesa mientras imaginaba las posibilidades que les esperaban después del concierto.

Literalmente ignoraban como miles de fans que gritaban como desquiciados con cada interacción de ellas, o de la mirada de Rosé y Jisoo quienes sonreían con complicidad, reconociendo la química que había entre Jennie y Lisa.

Desde que habían formado el grupo, Jennie y Lisa tenían una relación especial y dulce, pero también cargada de una tensión palpable. Aunque se comportaban como amigas cercanas frente a los demás miembros del grupo, en privado, la dinámica entre ellas era mucho más intensa.

Solían dormir juntas muchas veces juntas, abrazadas en la oscuridad de la noche, compartiendo confidencias y secretos en susurros suaves que solo ellas podían escuchar. En esas noches íntimas, la distancia entre ellas se desvanecía, y se encontraban envueltas en una conexión que iba más allá de las palabras.

Pero nunca se habían besado, solo eran besos en las mejillas, el rostro e incluso en el cuello y nuca, pero nunca habían cruzado la línea hacia la intimidad completa. Sin embargo, en ese momento en el concierto tenía unas reverendas ganas de pausar el tiempo y arrastrar a Lisa hasta los vestidores y hacerle el amor en ellos.

Las canciones se le hacían eternas, los acordes resonando en el fondo mientras Jennie y Lisa se perdían en el torbellino de deseo que los rodeaba. Cada mirada, cada roce, solo alimentaba el fuego que ardía entre ellas, haciéndolas anhelar más el momento en que pudieran estar solas y entregarse una a la otra sin restricciones.

El concierto parecía una eternidad, cada minuto que pasaba sintiéndose como una tortura interminable mientras luchaban por mantenerse concentradas en el escenario. Pero finalmente, cuando las luces se atenuaron y el rugido de la multitud se desvaneció en el fondo, Jennie tomó la mano de Lisa con determinación y juntas se dirigieron hacia los vestidores, donde podrían saciar el deseo que había estado ardiendo entre ellas durante tanto tiempo.