OnlyFans ❞ [+18] ─ RusAme

O7

── Te amo, dame un beso.

Puso su índice en los labios del argentino ── Ya, no sea gay, hijo.

── ¡Aah! Un besito~

El estadounidense lo llevaba de vuelta a la mesa que compartía con el cubano, este estaba revisando su teléfono quitó su mirada del aparato cuando escuchó los "coqueteos" del latino. USA lo dejó acostado en dos sillas y lo tapó con su chaqueta, necesitaba descansar, apenas hizo eso, el de piel celestina cayó dormido.

── ¿Ya te vas a ir? ─ preguntó Cuba.

── No lo sé ─ buscó con la mirada entre la multitud. ─ Aún no es tan tarde.

── Me alegró ─ sacó una cajetilla de cigarrillos de su bolsillo y encendió uno de ellos, sus pulmones inhalaron el humo. ─ Podemos irnos juntos los tres, si lo quieres así.

Sonrió ── No me importaría.

Ambos menores siguieron conversando, el caribeño le ofreció fumar pero fue rechazado abruptamente, al estadounidense le disgustaba esa práctica, aquello venía desde las enseñanzas de su casa antes de independizarse, sus padres lo matarían si se enteraban que fumaba. En su lugar, decidieron seguir tomando el vino menos fuerte, no querían quedar como el argentino.

Las risas en la mesa fueron aumentado, sus mejillas estaban ruborizadas expresando la cantidad de licor que había en sus cuerpos.

Habían optado por el alcohol menos fuerte y aún así habían caído intoxicados.

Argentina estaba en su séptimo sueño.

── Eres una prostituta.

── ¿¡Cómo?! ─ le lanzó una servilleta. ─ La única que me puede llamar así, es mi amiga.

── ¡Ja! ¿Entonces que eres? Vendes tu cuerpo en Internet ¿Cómo más se le llama a eso?

── ¡Se llama trabajar! ¡Tú que vas a saber, maldito gordo!

── ¿¡Gordo?! ─ agarró un tenedor de plástico. ─ ¡Gorda tu abuela!

Si, estaban en un nivel de intoxicación bastante elevado.

Los americanos siguieron discutiendo infantilmente entre ellos.

El estadounidense sintió un malestar en su estómago y cabeza, se levantó para ir al baño a relajarse. Caminó torpemente hacía ese lugar y entró.

Se miró en el espejo, era un desastre: Su cabello estaba despeinado al igual que su ropa, sus mejillas estaban totalmente rojas. Buscó en sus bolsillos una pastilla para relajar el ardor en su cabeza, se la tragó sin necesidad de agua, hizo una expresión de asco al sentir el sabor amargo del estupefaciente en su boca.

Iba a irse pero un segundo ingreso al baño.

── ¡Ay! Lo siento...

Rusia miró al asistente del chino.

Nuevamente lo veía de frente pero más a detalle.

USA acarició su frente adolorida, le había dolido el golpe, se hizo a un lado para salir. Su muñeca fue víctima de un agarre y lo obligó a retroceder en sus pasos.

El alcohol en su sangre casi lo hace tropezar.

── ¡Auch! ¿Qué pasó?

── ¿Eres USA, no?

El mencionado arqueó una ceja, se miró de pies a cabeza ── Supongo ─ río tontamente.

El mayor soltó un suspiro.