Capítulo 3: Los Davis

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[Mansión de los Davis]

P.O.V. Otsoa:
Soy Otsoa Liebe. Cabellera castaña larga de ojos mieles y tez pálida. Acabo de mudarme con mis padres. Mi primer día de clase ha sido un desastre hasta que conocí a Vyron Davis. Una avalancha de chicas se dirigió hacia mí, preguntando de todo. Por suerte, Vyron me salvó de aquella multitud. Conocí a sus inseparables amigos, Mark y Justin. Juntos son llamados los "Príncipes" por las de primer curso. Sus razones tienen.

Vyron Davis es castaño y con esos cabellos desaliñados, dejando caer algunos pelos sobre su frente, haciendo que sea aún más atractivo. Con ojos hazel marrones, metro ochenta y cinco y elegido capitán de Wolves League. Atlético y popular, querido por todo Golden Pride. Con un montón de chicas detrás de él por elegir. Frío por fuera, amable y simpático por dentro. Misterioso hasta tal punto que te deja con intrigas de saber más y más de él.

Mark Milton es rubio de ojos azules cielo. Metro ochenta y fuerte como Vyron. Jugador de Wolves League. Con muchas chicas detrás de él. Ligón pero travieso y divertido al mismo tiempo.

Justin King es moreno de ojos verdes esmeralda y metro ochenta tres. Tan fuerte como Mark y Vyron. Jugador de Wolves League .Con suficientes chicas detrás de él. Parece el más serio y maduro de los tres, pero quien lo conoce lo suficiente sabe que es igual que los otros dos.

Los "Príncipes" hacen llamarse, y ahora entiendo el por qué.

...

-¿Hija, ya te has preparado?- Preguntaba mi madre desde su cuarto.

-Si, ya estoy lista- Bajé la escalera y allí estaba mi padre esperando a mi madre y ami.

Nos dirigimos hacia la casa de enfrente de nuestros vecinos. El timbre se podía escuchar desde fuera.
Una mujer de treinta y pico de años, nos abrió la puerta. La mujer era hermosa, castaña con ojos marrones y cierto parecido a Vyron. Acompañada de su marido, de unos treinta y pico de años y también, alto y fuerte, bastante atractivo, moreno y de esos ojos hazel marrones como los de Vyron.

-Hola soy Emily- Saludaba mi nueva vecina dándonos un beso a cada uno.

-Yo soy Vyron, pasad- Dijo su marido.

Vaya que casualidad, esta familia tenía cierto parecido a Vyron y el marido tenía el mismo nombre. Creo que me estoy volviendo loca.

-Encantados, yo soy Emma- Dijo mi madre educadamente.

-Un placer, soy John- Al igual que mi madre, se presentó educadamente.

-Mucho gusto, soy Otsoa- Les saludé cordialmente.

Entramos en su casa. Bueno, creo que decir casa se nos queda corto, aquello era una mansión. Seguro que eran ricos.

-Esperad, voy a llamar a mis hijos- Nos dijo Emily.

-Hijos, han llegado los vecinos- Inmediatamente, se escucharon pasos bajando la lujosa y elegante escalera de madera.

Primero apareció el más pequeño, seguido de uno más mayor, a continuación de uno de menor edad que yo y acompañado de... ¿Cómo?

-Hijos, esta es la familia Liebe. Él es John, su mujer Emma y su hija Otsoa- Anunció Emily.

-Yo soy Brais Davis, tengo 5 años, mucho gusto-Aww... muero de amor. Este niño era un encanto. Brais se acercó a mí, me agaché para poder estar a su altura, y me besó en la mejilla.

-Yo soy Yannick Davis, tengo 9 años. Encantado- Se acercó ami, me volví a agachar y me besó la mejilla.

-Soy Kellian Davis, tengo 13 años. Un placer- Me dio un otro beso. No me hizo falta agacharme, ya que media más que yo.

-Y por último, yo soy Vyron Davis- Se acercó y me besó la mano.

-Bueno estos son nuestros hijos- Decía Emily sonriente.

-Bien, pasemos a la sala y hablemos- Dijo su marido. Los padres de Vyron y los míos se fueron a hablar.

-Ven a jugar con nosotros Otsoa- Brais y Yannick se acercaron a mí.

-Claro vamos- Subimos a la planta de arriba y me guiaron hacia una habitación, que sería la sala de juegos. Estuvimos jugando a juegos de la play, a la Xbox, a la Wii... Vyron apareció, recostado en el marco de la puerta observando como jugábamos. A su lado, estaba Kellian.

Brais, Yannick y yo nos lo pasábamos muy bien. Reíamos y estábamos muy felices. De pronto, a Brais le salió unas peluditas y pequeñitas orejitas de la cabeza y una colita que no paraba de mover. Sus hermanos abrieron los ojos como platos. Vyron corrió hacia Brais y se lo llevo al pasillo, cerrando la puerta detrás de si.

-Hey amigo, ten cuidado. No te emociones que nos descubren campeón- Brais asintió. Más tarde Brais y Vyron volvieron.

-¿Qué fue eso?- Pregunté extrañada.

-¿El qué? Creo que tienes hambre y has visto un espejismo- Todos se hacían el loco.

Asentí

-¡A comer chicos!- Decía Emily.

Bajamos las escaleras y nos dirigimos al comedor.

-¿Bueno, chicos, os habéis conocido mejor?-

-Si mamá, de hecho, Otsoa y yo ya nos conocíamos-

-¿A si?-

-Si señora Davis, hoy Vyron me ha ayudado mucho- Nuestros padres se miraron, sonriendo.

-Otsoa- Me llamó Emily.

-¿Sí?-

-Tu nombre, ¿de dónde procede?-

-Tengo sangre de todos los países, ciudades, pueblos... Mi abuelo materno era vasco. Cuando yo nací, era muy gruñona y muy salvaje, por así decirlo. A mi abuelo le hacía muy feliz elegir mi nombre, al ver mi carácter, decidió mi nombre: Otsoa; que significa lobo en vasco-

-Vaya que interesante, ¿y tu apellido?-

-Mi abuelo paterno es alemán, de hay que mi apellido sea Liebe; que significa amor en alemán-

-Te envidio, tienes mucha suerte- Sonreí.

Eran cerca de las 1.00 de la madrugada, me estaba entrando sueño. Me sentía tan bien en aquel sofá, que poco a poco cerré mis ojos.

-Ya se ha dormido nuestra hija, lo siento mucho por las molestias-

-No se preocupen. Vyron, hijo ¿puedes llevar a Otsoa su casa?-

-Claro-

P.O.V. Vyron

Los Liebe me dieron sus llaves para que dejara a Otsoa en su casa. Cogí a Otsoa con cuidado entre mis brazos. Salí de mi casa. Abrí la puerta y la cerré detrás de mí. Subí las escaleras, con cuidado de no caerme o despertarla. Entré en su cuarto y la dejé en su cama. Me senté a su lado, observando su lindo rostro. De repente, se movió dándome la espalda. En ese movimiento, su camisa se levantó, dejando a la vista su desnuda barriga. Me sonrojé al verla así. Tuve un impulso y acaricié su desnuda barriga, estaba suave y agradable al tacto. Inesperadamente, ella puso su mano sobre la mía. Me sonrojé aún más. Volvió a moverse y quitó su mano. Le di un beso en la frente y me fui de la casa.

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