Capítulo 18: Estamos embarazados

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¡Esta embarazada! ¡Esta embarazada de mí! ¡Ella espera un cachorro! ¡Ella espera un cachorro mío! ¡Mi cachorro! ¡Nuestro cachorro!

Agarré mis pelos entre mis manos de la emoción.

-¡Esta embarazada!- Todos me miraban mientras sonreían.
Tengo que encontrar a Otsoa y llevarla ahora mismo al médico.
Salí de la habitación tan rápido como alma lleva el diablo.

Fui directo a nuestra casa.
-¡Otsoa!- Entré en nuestra habitación mientras gritaba como loco. ¿Donde está? Me dirigí hacia el baño, abrí la puerta, y allí estaba ella; mi amada Luna con nuestro futuro cachorro creciendo en su vientre envuelta en una toalla.

-Otsoa- Volví a decir, pero esta vez en un susurro. Me acerqué y la abracé por detrás con mucha delicadeza.

-¿Qué pasa?- Subió su cabeza hacia arriba y aproveché para robarle un beso.

-Nada- Sonreí. Besé su cuello haciendo que gimiera de vez en cuando.
Nos miré en el espejo, todo esto es perfecto; mi querida Luna, mi futuro cachorro y yo.
Nos quedamos unos minutos abrazados contemplado nuestra imagen.

-Te amo- Besé su coronilla.

-Yo si que te amo, mi amor- Se dio la vuelta, se enganchó en mi cuello y comenzó a besarme. Le respondí inmediato, la agarré de la nuca y de la cintura. El beso subió de intensidad, nuestras lenguas peleaban en nuestras bocas. Me dejé llevar, me tumbó en la cama, se subió encima a horcajadas sobre mí y se quitó la toalla dejando a la vista su hermoso cuerpo. Dimos una vuelta y quede encima de ella. Me levanté un poco para no hacer daño al cachorro. Seguimos besándonos. Llevó sus manos a mi camisa y me la quitó tirándola a alguna parte de la habitación. Dejé de besarla, sabía lo que venía ahora y le podía hacer daño al cachorro. Me senté en la cama.

-¿Ocurre algo?- Preguntó preocupada mientras se ponía la toalla.

-No, no ocurre nada- Quería que fuera ella la que me dijera que estaba embarazada.

-Entonces, ¿Ya no te gusto?-Dijo aun más preocupada y enojada.

-No, mi amor, claro que me gustas. Te amo- Me acerqué a ella y la besé con ternura.

-¿Hay otra?- Una lágrima se le escapó. Verla llorar me partía el alma.

-Nunca- Le dediqué una pequeña sonrisa.

-¿Qué pasa entonces?- Se limpió las lágrimas. ¿No me quería decir que estaba embarazada? ¿Acaso no estaba embarazada?

-Es...es solo que... ¿Te puedo hacer una pregunta?- Ella asintió. Respiré hondo para estar preparado por si la respuesta no era la que yo deseaba -Estás... ¿embarazada?- Me rasque la nuca del nerviosismo.

Ella sonrió y se levantó de la cama para ir al baño. Regreso con algo en sus manos.

-Toma- Me dio lo que traía en sus manos.

Lo observé por unos...5 minutos creo.
Había dos rayas, una más clara que la otra. No sabia muy bien lo que significaba pero sonreí.

-¿Es esto un cacharro de esos en el que te pone si estas embarazada?- Levanté el cacharro ese.

-No es un cacharro mi amor, es un test de embarazo - negó con la cabeza mientras sonreía.

-Eso, un test de embarazo- Volví a mirar el test. Dos rayas. Una más clara que la otra. ¿Dos cachorros? ¿Una niña y un niño? - Amor, ¿Vamos a tener dos cachorros?- La miré con el ceño fruncido.

-No, bueno tengo que ir al médico. Pero, ¿por que dices dos cachorros?- Alzó las cejas y se cruzó de brazos.

-Porque, aquí pone dos rayas; dos cachorros. Y una más clara; una niña y otra más oscura; un niño- Sonreí tras decir mi gran lógica.

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