_ ¡Nuestro querido Kat-chan está bien! _ Acababa de llegar a casa después de unas pesadas compras y lo último que me esperaba era ver al rubio eléctrico o mejor dicho a todo mi antiguo salón rodeándome.
_ Hola chicos_ Salude tímida ante tal mirada que me daban todo _ ¿Qué hacen todos aquí? Deberían estar durmiendo es muy tarde _ Que mas podría decir, la pequeña Ochako tenía las marcas de aquellas lagrimas que habían caído sin cesar mientras caminaba de regreso. Les había pedido a los padres de su novio que la dejaran a una cuadra de distancia y ellos habían aceptado.
_ Mina escucho que Kat-chan había despertado y nos avisó a todos. Pensamos ir al hospital, pero Kirishima nos dijo que lo mejor por ahora seria que les demos tiempo. _ Dirigí mi mirada hacia el mencionado y agradecí con una pequeña reverencia para después levantar la mirada y limpiar las lagrimas ya secas.
_ Gracias por preocuparse _ Ochako se sintió abrumada por la preocupación y el apoyo que recibía de sus amigos en ese momento tan difícil. Tomó un momento para respirar hondo y reunir el coraje necesario para continuar hablando. _ Realmente aprecio mucho su preocupación. Sé que están ansiosos por saber cómo está Bakugou, pero... yo... necesito un momento a solas. _ Su voz temblaba ligeramente, pero trató de mantener la compostura. Los ojos de sus amigos reflejan comprensión y empatía. Kirishima ascendió con seriedad al igual que Kaminari y todos los demás, mostrando su apoyo silencioso a la decisión de Ochako.
_Claro, Ochako. Si necesitas algo, no dudes en llamarnos, ¿de acuerdo? _ Mina habló con ternura, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de su amiga seguida de todas las chicas que se encontraban en la habitación.
Ochako asintió con gratitud, sintiendo el peso de la amistad y el amor de sus compañeros de clase. Se despidió con un gesto de la mano y se alejó lentamente, dejando que las emociones abrumadoras la acompañaran en su caminata solitaria hacia la habitación, aquella que solo parecía querer recordarle el dolor con la ausencia de su rubio, de aquel rubio que definitivamente ya había despertado.
Lo único que necesitaba la castaña era verlo abrir sus ojos, rojos, intensos, explosivos. Su ceño fruncido. Revolotear su pelo una y otra vez mientras lo besaba. Dormir junto a él cuando no sabían que decir, pero definitivamente ellos entendían lo suyo. Algo único que no quería perder.
Mientras las sombras danzaban mientras más se alejaba de esa aglomeración que estaba en la sala, Ochako se sumergió en un mar de pensamientos tumultuosos. Su mente se enredaba en recuerdos del pasado, momentos compartidos con Bakugou que ahora parecían tan lejanos y preciados. Recordaba sus primeros días en la Academia U.A., cuando la mera presencia de Bakugou parecía una tormenta en sí misma, una mezcla de fuerza imparable y caos.
La noche parecía envolverla en un manto de melancolía mientras caminaba por los pasadizos iluminados por la luz. Cada paso resonaba con el eco de sus pensamientos, llenos de temores.
Al llegar a su habitación, Ochako se dejó caer sobre la cama, dejando que las lágrimas finalmente brotaran libremente. Se sentía agotada, tanto física como emocionalmente. Cerró los ojos con fuerza, tratando de ahogar el dolor que la consumía.
Ahora, con Bakugou luchando por recuperarse en el hospital, Ochako se sintió atrapado en un torbellino de emociones. Por un lado, la alegría abrumadora de saber que había despertado, que estaba vivo y luchando con todas sus fuerzas. Por otro lado, el miedo latente de lo que el futuro podría separarse, las cicatrices físicas y emocionales que dejaría.
Recordó la primera vez que lo vio, con su actitud desafiante y su aura de fuego que ardía con una intensidad. Haciendo saber que él era el más fuerte y por eso sería el héroe número uno que superaría a All Might. Desde aquel instante, supo que había algo especial en él, algo que la atrajo irremediablemente hacia su centro de gravedad.
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Flechazo🏹💘 Kacchako
RomanceA veces no puedes tener todo lo que quieres, pero si de verdad lo quieres jamás se olvidara. Sera algo que quedara marcado en tus sentidos como aquel tatuaje en la piel se podrá ocultar pero el recuerdo constante queda plasmado para siempre.