Capítulo 2: En Busca de la Verdad

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El sol estaba en lo alto cuando Theodore y yo salimos de Hogwarts, con determinación en nuestros corazones y un propósito claro en nuestras mentes. Nos dirigimos hacia los terrenos del castillo, donde los rumores sugerían que el espejo de los deseos se escondía.

El aire fresco de la primavera nos acariciaba mientras caminábamos por el césped verde, nuestros pasos resonando en el silencio de la tarde. Había una tensión palpable entre nosotros, una mezcla de emoción y nerviosismo mientras nos acercábamos al objetivo de nuestra búsqueda.

—¿Crees que encontraremos el espejo?— pregunté, mi voz apenas un susurro en el aire.

Theodore me miró con determinación, sus ojos oscuros brillando con confianza.

—Lo encontraremos— dijo con seguridad. —Solo necesitamos seguir nuestras pistas y confiar en nuestros instintos.—

Asentí, sintiendo un escalofrío de emoción recorriendo mi columna vertebral. Estábamos a punto de descubrir un secreto que podría cambiarlo todo, y no podía evitar sentir una mezcla de miedo y anticipación.

Continuamos avanzando por los terrenos de Hogwarts, explorando cada rincón y recoveco en busca de algún indicio del espejo perdido. Pasamos junto al lago, donde el agua tranquila reflejaba el cielo azul y las nubes esponjosas. Pasamos junto al Bosque Prohibido, donde los árboles susurraban secretos antiguos y misteriosos.

—¿Crees que el espejo podría estar en el Bosque Prohibido?— pregunté, sintiendo un escalofrío recorrer mi piel al pensar en adentrarnos en ese lugar oscuro y peligroso.

Theodore frunció el ceño, considerando la posibilidad.

—Es posible—dijo. —El Bosque Prohibido es un lugar lleno de magia antigua y poderosa. No sería sorprendente que el espejo estuviera escondido allí.—

Decididos a seguir cualquier pista, nos adentramos en el Bosque Prohibido, nuestras mentes agudizadas y nuestros sentidos alerta. El aire era más fresco aquí, más espeso con el olor de la tierra húmeda y la vegetación densa. Cada paso que dabamos era una aventura, cada ruido en la distancia una promesa de peligro o descubrimiento.

—¿Crees que deberíamos dividirnos para cubrir más terreno?— sugerí, mirando a Theodore en busca de aprobación.

Él consideró la idea por un momento antes de asentir.

—Podría ser una buena idea—dijo. —Pero prométeme que tendrás cuidado, Astrid. El Bosque Prohibido es un lugar peligroso, y no podemos permitirnos correr riesgos innecesarios.—

Le prometí que sería cuidadosa antes de separarnos, cada uno siguiendo un camino diferente en busca del esquivo espejo de los deseos. Mientras me adentraba más en el bosque, mis sentidos se agudizaban, alerta ante cualquier peligro que pudiera acechar en la oscuridad.

El tiempo parecía distorsionarse mientras avanzaba entre los árboles retorcidos y las sombras danzantes. Cada crujido de una rama, cada susurro del viento, enviaba un escalofrío por mi espina dorsal, recordándome la fragilidad de mi situación.

—¿Hola?— llamé, mi voz resonando en el silencio del bosque.—¿Hay alguien ahí?—

Pero solo el eco de mis palabras me respondió, y continué avanzando con determinación, mi corazón latiendo con la emoción de la búsqueda. Estaba decidida a encontrar el espejo de los deseos, sin importar los obstáculos que se interpusieran en mi camino.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, mis ojos captaron un destello de luz entre los árboles. Con el corazón en la garganta, me acerqué con cautela, temiendo lo que podría encontrar.

Y entonces, lo vi: el espejo de los deseos, brillando en la luz del sol filtrada a través de las hojas de los árboles. Era hermoso y aterrador a la vez, su superficie pulida reflejando el mundo que lo rodeaba de una manera casi mágica.

—Lo encontré— murmuré para mí misma, una sonrisa de triunfo curvando mis labios. —¡Lo encontré!—

Pero mientras me acercaba al espejo, una sensación de malestar comenzó a apoderarse de mí. Había algo ominoso en el aire, algo que me decía que este no era un descubrimiento para celebrar, sino para temer.

Y entonces, cuando finalmente estuve frente al espejo, vi mi reflejo mirándome fijamente con ojos vacíos y sin vida. Y supe, en ese momento, que había encontrado algo mucho más peligroso de lo que jamás había imaginado.

Sombras en Hogwarts: El SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora