JESICA
El día del segundo concierto había llegado y yo en verdad no quería ni salir de mi cama, me sentía peor que el día anterior y me rehusaba a seguir siendo una adulta funcional, en ese momento sólo quería ser chiquita y estar en Chile junto a mi familia, pero como no era así no me quedó más remedio que levantarme en contra de mi voluntad.
Me dirigí al baño y al verme al espejo lloré, pero no por sentirme triste o algo parecido, sino por el arrepentimiento de no haberle dado un golpe al idiota que me había dejado la cara totalmente morada.
Js: ¡desgraciado! De saber que todos se iban a poner de mi lado lo hubiera golpeado sin remordimiento – dije observando el gran moretón en el que se había convertido gran parte de mi rostro – amigo enmascarado, justo ahora no me caería nada mal una de tus tontas máscaras – dije recordando a mi persona menos favorita, aunque en ese momento me puse a pensar que estaba demasiado presente en mis pensamientos.
Intenté cubrir el problema con maquillaje, pero era inútil, se veía demasiado, así que eso y un cubrebocas serían mis aliados.
El día debería ser relativamente tranquilo, todo estaba montado y sólo quedaba dar una revisión de las cosas para asegurarse que nada de lo que pasó el día anterior se repetiría, tuve una reunión con todos los trabajadores muy temprano pues quería estar presente en el soundcheck de los chicos.
Quería asegurarme personalmente de que estaban conformes con cada detalle y además quería verlos, sobre todo a Suga, ya que desde que me dio el hielo no dejaba de pensar en él...probablemente sólo era amable, pero me pareció un gran detalle de su parte.
A la hora en que saldrían me puse a un costado del escenario mientras revisaba unas últimas cosas con el equipo de seguridad y de pronto comenzaron a cantar.
Las fans que estaban ahí gritaban y lloraban cada vez que ellos se movían y era divertido y lindo de ver, me sentía bien porque gracias a mi trabajo y claro, al de cientos de personas, su felicidad podía ser posible, incluso pude olvidar un poco el estrés que estaba sintiendo.
Casi enseguida los chicos me reconocieron y por momentos me veían y señalaban mi rostro a manera de pregunta para saber cómo estaba y yo sólo les respondía levantando mi pulgar y con una sonrisa que no podían ver por la mascarilla que llevaba puesta y me dedicaban el mismo gesto para luego apartarse.
Cuando gestioné que todo estuviera listo me dediqué a disfrutar cual si fuera la más grande fan y es que desde que me ayudaron definitivamente tendría que serlo, era mi forma de pagarles por el apoyo que me brindaron.
Veía a seis de ellos en un principio y de pronto noté a la séptima persona y con la cual aún no tenía el gusto de cruzar palabra, pero eso no impedía que me agradara, después de todo me habían dicho que él, Jimin, había estado preocupado por mí, lo escuché cantar y su voz era preciosa, algo me decía que lo conocía, pero era imposible, yo nunca en mi vida había estado cerca de personas tan famosas.
De un momento a otro todos y todo pasaron a segundo plano y sólo podía centrarme en él, había algo que me hacía mantener mi vista fija en cada cosa que hacía o en cada palabra que pronunciaba.
Y entonces me di cuenta, esos labios yo los conocía y el baile que estaba haciendo en ese preciso instante me recordaban a los movimientos de mi némesis, pero no, no era posible que fueran el mismo, quizá sólo era una coincidencia, pero es que entre más lo veía más parecidos eran, la forma de sus labios, la delicadeza con la que se movía y parecía flotar, eran exactamente iguales.
Intenté dejar de pensar en ello porque de verdad sería una situación imposible que Park Jimin y el sujeto de las máscaras fueran la misma persona, ¿cómo podría un idol tan famoso tener una doble vida?
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La doble vida de un Idol (+18)
FanfictionJesica, una bailarina de pole dance en un antro de mala muerte tiene que enfrentarse al nuevo integrante del equipo de bailarines que le quitará parte de su público. Él nunca dejaba ver su rostro, pero su cuerpo le parecía familiar a Jesica, era del...