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Los gritos y muebles fuera de lugar no son la rutina de la mañana a qué tienen acostumbrados… aunque esté día era la excepción a todos ellos. Habían lidiado con embarazadas antes y después de morir, debía ser facil porque se trataban de mujeres y no de hombres. Uno llamado: Alastor. Una faceta con la cual no quieren lidiar por el hecho de que verlo enojado estando "normal" es abrumador y terrorífico. Ahora que tiene un bebé dentro suyo lo hace más sensible aunque trate de ocultarlo. Los antojos, cambios de humor, y la incapacidad de usar sus poderes, reforzaba más su vulnerabilidad.

Es por eso que están debajo de la mesa de la cocina esperando a que Vox calme a Alastor y puedan seguir con la mañana ¿Que harían sin el en esta situación?

— Alastor, cielo, espera un mom- ¡Diablos! — Se puso detrás de la mesa asegurando una distancia con la cual el cuchillo de Alastor no lo tocará — Alastor, podríamos hablar sobre- ¡MIERDA! — Se agachó esquivando la silla que el ciervo le tiró — Ay, digo, wow — Sonrió incomodo mirando a su pareja — Que buen brazo tienes cariño, me siento orgullo-

Alastor se tiro contra Vox, empezando un ciclo de puñaladas contra su pantalla, mientras que Valentino y Velvet salían de la mesa y trataban de salir de la escena, que luego de un rato se apellidara «Crimen». Antes de que la mano de Velvet tocara el picaporte, Vox, con su pantalla atravesada y parte de ella con un arcoiris, se escondió detrás de ella poniéndola frente a Alastor.

— Solo creo que un pequeño cambio te ayudaría a ser más tranquilo ahora que tienes a nuestro lindo hijo dentro. — Con miedo en sus palabras, junto su dedo índice con el pulgar, dejando un pequeño espacio entre ellos. Alastor se acercó intimidante a él, mientras lo apuntaba con el cuchillo el cuchillo.

— ¡Ya soy alguien tranquilo! — Tomo en cuello de la pantalla y lo amenazó con el cuchillo. — ¡Si soy tan TERRIBLE, ¿Porque no te agarras las pelotas y me pides el DIVORCIO?!

Vox tomo los hombros de Alastor logrando que baje el cuchillo para agitarloq de un lado a otro para que se relajara un poco (aunque no fuera de mucha ayuda).

— ¡NO VUELVAS A DECIR ESO! — Logro que las orejas de Alastor se agacharan. — Digo… — Dejo que una mano bajara de sus hombros. — Ven aquí. — Extendió sus brazos de par en par y abrazo al ciervo, logrando tranquilizarlo más de lo que hubiera hecho antes. — ¿Quieres fresas?

— Si. — Vox lo cago y lo llevo a la cocina, estaba un par de pasos cerca, pero un par d mimos no hacia mal a nadie.

Por otro lado. Velvet miro la escena con ternura, mientras que Valentino solo miraba como Vox le daba de comer las fresas a Alastor anonadado.

“…”

El caos estaba por todos lados en el set, los trabajadores y maquillistas corrían por la sala por tal "principe" y sus dos "estrellas". El asistente de Vox en un ataque de pánico llamo a su jefe. No tuvo respuesta alguna, debía de estar asiendo algo importante. El pecado capital le lanzó una silla, la cual esquivo por suerte, para llamar su atención. Guío si vista a Mammon y sus nuevas estrellas que estaban recargadas sobre él. Se acercó lentamente con miedo en sus pasos, deteniéndose cuando vio que la distancia era la suficiente. Tosió un poco antes de hablar, mientras ponía postura y miraba a Mammon.

— ¿Hay algo en lo que pueda ayudarlo específicamente? — Trato de no tartamudear, lo consideraba casi imposible, por lo que la escena de hace un rato fue un milagro.

— Si, si. — Miro a Glis y Glam sonriente para devolver una mirada segura junto con ellas al pequeño pecador. — Quiero que Vox, haga un entretenido comercial que anuncie que estas hermosas chicas son las nuevas payasas más hermosas, increíbles… — Se quedo un rato dando halagando a Glis y Glam hasta que se le acabaran lo halagos. — … y hasta puede que les haga robots sexuales. Claro, si es que ganan plata. — Finalizo.

En otra Realidad(StaticRadio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora