Hay muchas cosas que Severus odia. Odia a su papá, odia a los Gryffindors, odia las bromas, odia a Sirius Black, y odia a Potter. Pero solo hay una cosa que odie más que a Black y menos que a Potter, y es atender clientes.
Es la única explicación que se le ocurre para justificar el porqué aceptó trabajar junto a Black.
Anteriormente, Severus había aceptado gustoso el trabajo de profesor de pociones cuándo Albus Dumbledore se lo había ofrecido, pero descubrió que aguantar niños molestos realmente no era lo suyo.
Así que trabajó lo suficiente, ahorró y ahorró, renunció a ser profesor, terminando por usar sus pequeños ahorros para así poder abrir una humilde boticaria, ubicada en el Callejón Diagon.
El local que compró es sencillo y funciona bien, tiene toda una zona de afuera en la que pudo colocar las pociones a la vista, con etiquetas que tienen sus respectivos nombres y un pequeño mostrador.
Detrás del mostrador está su querido laboratorio diseñado especialmente para la preparación de pociones, con varios instrumentos necesarios y de buena calidad, un libro con sus anotaciones, y una gran repisa repleta de diversos ingredientes destinados exclusivamente para preparar las mejores pociones del mundo mágico.
Después se aseguró de agregar una campana mágica para anunciar la llegada de los clientes a la tienda.
Con ayuda de sus habilidades al hacer pociones se hizo rápidamente de buenos clientes, incluso de algo de fama, y gracias a las ventas ha podido mejorar la tienda poco a poco.
Lamentablemente se dió cuenta de que atender clientes tampoco es lo suyo, ha tenido distintos problemas con estos. Como aquel cliente que usó toda la poción para el pelo y sólo después de gastarla volvió quejándose de que la poción estaba muy pegajosa, y pedía un reembolso (ya le explicó que si desde el inicio estaba mala, porqué no volvió con la poción supuestamente mala para que se la cambiaran y Severus no estaba de buenas como para devolver el dinero), así que el cliente se marchó susurrando maldiciones a su nombre. Al menos Severus se quedó con el dinero, pero también se quedó con un mal humor por el resto del día.
También está aquel en que le pregunta para que sirve la poción crecehuesos (como si el nombre no lo dejara claro). O aquel otro que le cambió el pedido en el último momento y cuándo este ya estaba terminado.*
Así que al darle una oportunidad a Black vió que no era tan malo lidiando con los clientes como lo es él (¡Ya te dije Severus que necesito el dinero para poder vivir! ¡Ya te dije que ese no es mi problema Black!)
Así que el se encarga de crear pociones en la parte trasera de su tienda, mientras Black se encarga de los desagradables clientes. Casi se siente un poco mal al dejar a Black lidiando solo con las personas, sin instrucciones y sin saber nada de pociones (está seguro de que ese idiota no sabe nada de pociones).
Pero prefiere ponerse a trabajar y no tener que lidiar con personas con la mágica capacidad de sacarlo de quicio.
Puede oír las voces de Black y un cliente, que al parecer le está preguntando por la poción que más le funcione para curar el resfriado común, Black le hace preguntas al cliente, y puede escuchar que la otra persona responder que no es tan grave, por lo que Black termina recomendándole una poción pimentónica, esa es su señal para dejar de escuchar.
Mientras mezcla los ingredientes de la poción alisadora, piensa en que al parecer Black sabe un poco de pociones. A él no le hubiera extrañado que por ser de Gryffindor, Dumbledore le hubiera dejado graduarse, pero al parecer ese puede no ser del todo el caso.
Y así es como intentan trabajar, él prepara las pociones que tienen que tener listas de antemano y también prepara algunos pedidos que le dejaron, Black se encarga de atender a los detestables clientes.
Severus solo espera que si Black no conoce alguna poción lo consulte con él antes de arriesgarse a envenenar a algún cliente.
Es sorprendente descubrir que Black no es tan inútil como aparenta, ya que sabe lidiar con las diferentes dificultades que los clientes le pongan encima, pero también, (para completa sorpresa de Severus), conoce mucho sobre pociones, y sabe que pociones debería recomendar (o entregar) según lo que le pidan. Gracias a los desconocidos conocimientos de Black, Severus es capaz de concentrarse en hacer lo que más le gusta, hacer pociones.
Y así es como logran trabajar durante varios días seguidos en una extraña calma.
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* Aquí entra perfectamente el meme de, parece chiste pero es anécdota. Solo los mencioné por encima pero son inspirados en casos reales que me han sucedido atendiendo clientes.
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Tienda de Pociones: Boticaria Sidera et Flores
FantasiaSeverus abrió una nueva tienda de pociones, pero jamás imaginó que lidiar con clientes fuera su mayor debilidad. Decide arriesgarse a aceptar un empleado con tal que se encargue de la atención al cliente. ¿Cómo resultará eso cuándo acepte como traba...