La noche en que salió la luna llena.

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Los movimientos de sus compañeros eran exageradamente lentos. Una pelota rebotaba... y cada golpe que ésta daba se veía más y más lento.

—¡Chip ven aquí, saluda! —Bill desvío la mirada hasta aquel chico de anteojos, era un niño de 12 años, alto para su edad, muy gordo también. Tenía esquizofrenia.
El perro corrió hasta el niño y se quedó mirando de forma fija.

—Chip saluda. ¡CHIP SALUDA, SALUDA POR FAVOR! — en si, a Bill no podia importarle menos lo que estaba ocurriendo con ese niño que gritaba y le gritaba al perro aterrorizado. Pero los gritos le ponían nervioso. Por lo que se levanto de su silla, mareado, caminó hasta estar al lado de aquel regordete muchacho.

—Ey, no hay nadie. Para de gritar. —El muchacho le miró con mucho miedo y terror. Lo señalo y gritó:

—¡Saluda chip! —A lo que el perro comenzó a saltar sobre a Bill y lamerle las manos.Le correspondió haciéndole cariñitos.

—ah, eres real. Disculpa. Me persiguen y a veces olvido que no son reales, a veces no los reconozco entonces no sé qué o quién es real, dios. Ya no veo la hora de que mi medicamento empiece a hacer efecto otra vez.

—¿Ves cosas? —Pregunto Bill poco interesado. El chico se acomodo sus lentes, sonrío de costado, avergonzado.

—Si, ezquizo, el maldito payaso me sigue desde el día que nací. — dijo señalando hacia su izquierda. Bill observo como nadie estaba en esa area, y le resultó increíble que alguien pudiera ver gente que no estuviera ahi. —Soy Gus. ¿Vos como te llamas?

—Mi nombre es Bill.

—Vallamos a sentarnos afuera, al menos el puto payaso suele no seguirme una vez gente real aparece a mi alrededor. —Bill no le respondió nada en lo absoluto.

Se sentaron en una banca en el patio. El perro seguía junto a ellos. Bill comenzó a jugar con su pulsera de identificación.

—Y... ese perro...

—Se llama chip, yo tengo a Huesos en casa, pero desde que tuve otro ataque y estoy internado volví con él. Chip es el perro de servicio mas bueno y amable que vas a conocer. El de seguro irá contigo en cuanto el puto payaso deje de aparecerse conmigo.

Bill le miro de reojo, ambos conectaron miradas.

—¿Que? — Dijo Gus. —Sé que tienes esquizofrenia.

Bill solo le miraba algo confundido. El no estaba loco como Gus.

—Te vi el día que intentaron hacerte comer. Gritabas, decías que ellos iban a castigarte si consumías algo, golpeaste varios enfermeros y te cortaste el brazo.

—No. Es diferente, ellos son reales.

—Y también lo es el payaso para mí. Lo vi toda mi vida. Solía jugar con él cuando era niño y no entendí que no existía hasta que cumplí los 10 años y mi madre me encontró hablándole en el shopping. Se tornó agresivo hace poco y cuesta entender que algo que no existe no puede hacerte daño cuando lo haz visto desde el día en que naciste.

—No. No me entendes. No es que yo vea a algo raro, yo no veo a nadie. — Dijo, alterado.

—¿Los escuchas? —Iba decir algo pero cerro su boca.

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⏰ Última actualización: Jul 07 ⏰

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