Tú eres mi tipo ideal (TōdoxInumaki-omegaverse BL)

1- ¿De quién hablan?

Escuela de magia y hechicería metropolitana de Tokio:

Los rumores comenzaron hace unos días entre los estudiantes, de aquí para allá habladuría y habladuría la cual el Omega no comprendía, sus amigos Maki Zenin y Yuta Okkotsu salieron en una misión apartada lo que lo dejó en soledad estos últimos dos días, los mismo que un rumor comenzó a acrecentarse entre los estudiantes de primero.

Como Omega es difícil acercarse como si nada a los grupos de alfas —casi todos en la institución son alfas— pero como usuario del discurso maldito es simplemente imposible entablar una conversación, no puede ser curioso jamás ya que solo se frustra por su falta de habilidades comunicativas.

Al medio día tomó su caja de almuerzo y se sentó bajo las escaleras, muy cerca pero en la parte superior un grupo se juntó a combatir su almuerzo e Inumaki aprovechó para escuchar en silencio la conversación.

—¡Es un demente! ¡Te digo, es un demente! —exclamó un muchacho.

Al parecer hablan de un acontecimiento relacionado con la futura carrera de exorcismo llevada a cabo este año, un alumno de la escuela hermana en Kyoto no se estuvo comportando muy bien. Este será el primer año que puede asistir y también irá a vigilar a sus amigos, tiene que saber a qué se enfrenta así que agudizó bien sus oídos mientras se metía una bola de masa en la boca.

—¿Entonces dices que apareció de la nada y tuvieron que aceptarlo en la escuela de Kyoto porque su sensei es la señora Yuki Tsukumo? ¿Y que lo primero que hizo fue golpear a todos sus compañeros para probarlos? —preguntó una voz femenina sorprendida y asustada —. ¿Estará esa bestia en el evento de este año también?

Inumaki se interesó de inmediato y pensó que no podía ser tan malo, quizás el tipo les dará problemas pero tampoco hizo algo imperdonable como que lo llamen “bestia”.

—Es solo un idiota nacido en una familia de betas que se le subió a la cabeza ser el discípulo de la señora Tsukumo —interrumpió otro sujeto con desden —. Siempre dije que por más de poseer energía maldita no se deberían aceptar a los nacidos en familias betas, nunca se acostumbran a nuestro mundo —sus palabras obtuvieron un gran reconocimiento y afirmaciones como si hubiese dicho algo muy correcto.

El Omega sentado en su sitio frunció sus finas cejas, el apetito se le quitó de repente y quiso irse. «¿acaso hay dos mundos?», le hubiera gustado decir pero solo lo pensó.

Recogió sus pertenencias y se alejó en silencio del lugar con un mal sabor en la boca, los alfas de Jujutsu tienen un pensamiento muy firme acerca de los betas y humanos: no pertenecen a la hechicería.

Claro que hay alfas diferentes como sus dos amigos Yuta y Maki, sin embargo la idea popular es mucho más excluyente, un poco mejor en la escala están los omegas aunque no en la cúspide, a la mayoría solo se le permite estudia pero no ejercer la hechicería, luego de graduarse se casan, este no es su destino claro pues como heredero debe quedarse en su residencia y aún más como Omega no puede procrear ni entablar una relación fuera del clan.

Los omegas pertenecen a su clan, es es y siempre fue así, aunque los viejos del clan Inumaki jamás le mostraron intenciones de buscarle un alfa, sospecha que pretenden dejarlo excluido de ese mundo para tenerlo para siempre como heredero, nadie quiere que el linaje puro de su clan se ensucie. Fue una bendición para él nacer de esta manera, poder usar el ritual familiar, pero para los viejos del clan Inumaki es un desastre.

A la tarde fue al campo de entrenamiento con el hijo adoptivo del director Yaga Masamichi, el panda quien también considera un amigo pero no se encuentran siempre juntos ya que los pandas se la pasan haciendo “cosas de pandas”.

—Oye, Inumaki.

«Oir es todo lo que puedo hacer», pensó sentado a un lado del panda mientras ambos miraban pasar una mariposa con suma atención. Realmente nunca hacen algo divertido, solo matan el tiempo cada que se juntan.

—En la carrera de este año hagamos equipo, ¿bien? —propuso panda, Inumaki lo miró curioso pues todos en sí son un equipo —. Es decir, estemos muy muy muy cerca.

Ahora sí captó su atención, dejó a la mariposa en paz y puso toda su atención en su compañero.

—Hay un tipo loco de Kyoto —soltó con voz temblorosa panda —. Se rumorea que es un perro loco, es el perro loco de Kyoto, cuando le preguntaron que por quién iba a ir en Tokyo dijo... —Bajó la cabeza afligido.

—¿...?

—¡Dijo que viene por quien tenga mejor sabor! —exclamó el panda para luego abrazarse a sí mismo.

Le lanzó un gesto de confusión a su amigo panda y solo pensó: «¿Comerse a alguien?», muy primitivo de su parte, así son los alfas después de todo, siempre amenazan con devorar a alguien y nunca se lo comen de verdad. No comprendió el miedo de su amigo panda.

—¡No me mires así! ¡Solo piénsalo! —gritó con desespero —. Claro que un relleno y tierno panda sabe mejor que un escuálido larguirucho, una chica con lentes y un Omega enano, ¡me comerá a mí!

Mientras el panda sufría un ataque de pánico el Omega solo podía pensar: «¿Enano?», con mala cara. De todas formas si las intenciones del sujeto son atacar a sus amigos responderá de la misma manera, no dejará que lastime a Okkotsu, Maki o al hablador de panda.

—Salmón.

Está bien, se mantendrá lo más pegado a panda durante el evento resguardando su valiosa y jugosa carne de panda solo para darle tranquilidad aunque duda mucho que se atreva a comer al hijo del director de la escuela de magia y hechicería metropolitana de Tokio, es simplemente una locura digna de un loco.

—¡Gracias, Inumaki! —le abrazó las piernas abalanzandose sobre él —. ¡Te lo pagaré, te lo pagaré!

El miedo infundado de panda le causó diversión, claro que no tiene que pagar nada pues si le cobra por proteger su vida entonces no serían amigos. Por otra parte, la curiosidad se instaló en su mente para quedarse, quiere ver a ese “perro loco” de Kyoto.

¿Qué tan malo puede ser? No es un loco de verdad, ¿no?

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Inumaki antes de conocer a tōdo: No puede estar tan loco.

Inumaki conociendo a tōdo: Está loco, ¡está muy loco!

Inumaki conociendo más a tōdo: Está loco pero no es un mal sujeto, me agrada.

Inumaki en su noche de bodas: ¡Salmón, salmón, salmón! ¡Es un loco, es mi loco!

Tōdo dando el 120:

Tōdo: Lo que sea por mi Omega, si quiere diez hijos le haré veinte.