Capítulo 22

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Los siguientes días le di su espacio, sabía que yo no era la persona que ella quería ver, nuestra relación era complicada. Supe que festejaron el compromiso de Ana en su nuevo departamento; supe que fue a la librería, su lugar seguro. Y en menos de un abrir y cerrar de ojos ya estábamos montados en el avión camino a Mallorca. Durante todo el viaje no hablamos, no intercambiamos ni una sola palabra. Y es que ninguno de los dos estaba de humor; ella con lo de aquel desgraciado y yo, con lo de Isa. Después del vuelo, nos subimos al auto y llegamos a la casa, a la cena de bienvenida. Cuando Jules se sentó pude admirar más de cerca la falta de brillo en sus ojos, me lastimaba verla así.

La cena terminó, nuevamente éramos Ana y Rod, Jules y yo. Ambos se levantaron

"Chicos, Rod y yo nos vamos a dormir" dijo Ana mientras se levantaba

"Nos llevamos los platos, les tocan las sillas y la fogata" dijo Rod

"Nuestra especialidad" contesté, intentando levantar el ánimo de Jules

"Descansen" contestó ella, nada más

Ana y Rod tomaron la vajilla y se fueron a la cocina, mientras Jules y yo nos quedamos en silencio un buen rato

"¿Quieres que apague la fogata?" pregunté

"Me quiero quedar un poco más, si ya estás cansado puedes irte, yo la apago" contestó ella un poco molesta

Yo estaba intentando hacerla sentir mejor, quería que estuviera mejor. Deseaba con todo mi ser quitarle ese pasar que la lastimaba y cargarlo yo para que ella no sufriera ni por un segundo. Porque verla sufrir era un infierno para mí. Pero ella parecía molesta conmigo, parecía que no quería tener que ver algo conmigo, y eso me lastimó

"No es necesaria la agresividad Julieta, era una pregunta" le dije un poco molesto

"Carlos, lo último que quiero es pelear, si te quieres ir adelante, si te vas a quedar que sea en silencio, por favor"

Mi corazón se rompió un poco

"Julieta, no eres la única que está pasando un mal rato eh" contesté

"¿Un mal rato? No estoy pasando un mal rato Carlos. La estoy pasando de la chingada" dijo ella

"Lo siento mucho Julieta, no sabes cómo lo siento. Pero no es culpa de los demás que no sepas escoger una buena pareja" dije sin pensarlo dos veces, y fue demasiado tarde cuando me di cuenta de lo que había dicho

Ella se levantó tomando su cobija, yo me levanté y me acerqué a ella

"Que te jodan Carlos, a ti y a todos los hombres como tú" me dijo al oído y comenzó a caminar, la detuve

"¿Todos los hombres cómo yo?, a qué te refieres Julieta" las palabras que habían salido de su boca retumbaban en mi cabeza

Ella se quedó en silencio, se zafó de mi mano y salió corriendo hacia la casa, decidí no perseguirla. Terminé de acomodar la terraza y me fui a dormir.

Al siguiente día, se sentó junto a mi en el desayuno

"Buenos días Julieta" dije

"Buenos días Carlitos" contestó sarcásticamente

Esas fueron las únicas palabras que intercambiamos ese día, y durante todo ese día me sentí tan mal, no quería nada que no fuera una palabra suya.

En la noche mi mamá entró a mi cuarto

"¿Cómo podemos animar a mi chaparra?" preguntó mi mamá. Chaparra era el apodo que tenía mamá para Jules

"Podemos proyectar una película, eso le distraerá" contesté

Cincuenta y cincoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora