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Kaori preparaba unos panqueques mientras que Toji estaba sentando en la silla cargando a Megumi mientras le daba el biberón, el pequeño se aferraba al biberón y tomaba de la fórmula con mucha hambre, a Kaori le daba gracia que su bebé siempre tenía un buen apetito como su padre, a pesar de que hace menos de una hora lo había amamantado ahora estaba prendado del biberón con el ceño fruncido.
—!¿De verdad?!, ¿iremos a Tokio la próxima semana?— La joven rubia no había podido evitar elevar su tono de voz con emoción.
Después de todo Toji le había dicho que irían a Tokio a pasar un fin de semana en la ciudad, claro, el pelinegro le hubiera gustado evitar acercarse a Tokio, pero tenía un encargo en esa ciudad muy importante y que además le pagarían una jugosa cantidad de dinero, con la cual podría estar sin trabajar y solo dedicarse a su familia por lo menos en un buen tiempo.
Lo mejor a su punto de vista era llevar a su familia para no quitarles el ojo de encima, no dejarlos solos en este departamento que ya llevaban tiempo, sin duda le gustaría tenerlos cerca por si algo ocurría el acudir rápido a ellos.
—Pero no saldremos tanto, ademas el hotel donde nos hospedaremos es muy bonito, puedes ver las fotos— Le dijo señalándose su móvil para que su esposa se haga una idea, y ademas no se ilusione con salir.
—¿Estas loco?, vamos ir a Tokio después de un año, hay que visitar a mis amigas, y sería bonito llevar a Megumi a varios lugares, me encantaría tener fotos en familia en muchos lugares—
Toji suspiró mirando la ilusión en su mujer, sin embargo el exponerse no estaba en juego, sin duda el clan Zenin tenía un gran poder en Tokio y podría dar con ellos con facilidad.
—Tenemos muchas fotos aquí en Osaka, y además cuando estemos en Nara en navidad podrás sacar más fotos—
—No es lo mismo, Tokio es mi ciudad natal, ademas me gustaría que Megumi estudie en Tokio— Termino murmurando la chica esperando la reacción de el pelinegro.
—Ya veremos— Fue lo único que dijo Toji con su ceño fruncido.
La rubia colocó el plato en la mesa con una torre de panqueques y sacó la miel para rociarle, Toji dejó el biberón vacío de Megumi en la mesa y le pasó el bebé a su mujer, Kaori comenzó a sacarle los cólicos a su hijo mientras no dejaba de mirar a su esposo.
—Tengo que comprar una cámara, la nuestra ya está vieja— Le aviso meciéndose de un lado a otro intentando ahora dormir a Megumi.
—Estaré ocupado en Tokio, sabes que no sólo vamos para viajar, tengo que trabajar, y si yo no estoy no quiero que salgan del hotel— La voz de Toji fue autoritaria mirando a la rubia con seriedad.
—Ya veremos— Lo retó su esposa utilizando las mismas palabras de su marido y apretando sus labios con enojo.
Ambos compartieron una mirada donde parecía que ambos enviaban rayos eléctricos que chocaban entre sí.
...
—¡Toji, espera!— Gimió la chica temblando sin poder recuperarse del intenso orgasmo que había tenido, pero aún así su marido no paraba de penetrarla, estaba tan sensible que sus piernas comenzaron a temblar.
Toji estaba sobre ella mientras que el grosor de su gran miembro entraba y salía con fuerza, este pellizcaba sus pezones sensibles, el pelinegro se inclinó y lamió aquellos pezones rosas.
—Saben muy bien— Murmuro torciendo una sonrisa, la rubia se avergonzó porque era evidente que como Toji los estaba estimulando de estos salían la leche materna.
—O-Oye, no hagas eso— Pidió con voz temblorosa y ojos llorosos por el placer, pero su marido hacía caso omiso con diversión, sin dejar de entrar y salir en ella.
—Porque no, estos son míos— Le dijo mordiendo levemente el pezon, acción que hizo que las paredes vaginales de Kaori se aparetaran más alrededor del miembro hinchado de Toji —Ah, mierda— Gimió Toji corriéndose sin poder evitarlo, por segundo vez.
Esto hizo que Kaori temblara y recibiera su tercer orgasmo de la noche, Toji jadeaba contra su oído recuperándose, y luego se aferró a él al sentir como volvía a comenzar a moverse, esta vez más lento, este hombre la mataría.
...
Los días en que Kaori enfermaban eran los peores para todos los miembros de aquel hogar, la rubia porque tenía que estar en cama y los síntomas eran molestos, el pequeño Megumi porque no podía estar con su madre, y Toji porque tenía que lidiar no solo con su preocupación, si no con el humor de su pequeño hijo y atender a Kaori como un esclavo.
Tanto padre como hijo observaron a la chica dejar su vida en aquel excusado, está vomitaba y Toji le tomaba el cabello con una mano mientras que con la otra cargaba a Megumi.
—Creo que estás preñada, deberías hacerte una prueba— Murmuro Toji viendo a su mujer pálida, está le dio una mala mirada mientras buscaba su cepillo de dientes.
—No digas preñada, me siento como una vaca cuando dices así— Protesto lavándose sus dientes.
—Hazte una prueba— Le ordenó mirándola insistente.
Megumi se quejó y estiró sus brazos hacia su madre, en toda la mañana la joven madre no había podido alzar a su bebé, todo le había tocado al padre, y Megumi ya estaba al borde, no soportaba no tener a su mamá cerca.
—Megumi, mamá no puede ahorita— Le dijo Toji al bebé, este solamente miraba a su madre esperando atención.
Kaori miró a su bebé y le sonrió haciendo que este riera moviendo sus manos, Toji observó como a él le dio una mirada opuesta a la que le dio a su bebé.
—Sal, voy hacérmela, te dije que usarás condon, idiota, las pastillas a veces no funcionan tampoco— Gruñó, se sentía nerviosa
—Cuando la tenías hasta el fondo no protestabas— Murmuro divertido torciendo una sonrisa.
—Oye, no hables así delante de Megumi— Lo regaño molesta.
—Ya confirma de una vez que estas preñada— Siguió molestando Toji, le gustaba verla enojada, Kaori suspiro rondando sus ojos.
En el fondo sabía que no estaba embarazada y más bien sospechaba del sushi que habían comido anoche, sentía que no le había caído bien.
—No me molestaría verte embarazada de nuevo, fue una época linda— Le dijo sonriendo mientras recordaba lo gruñona que se había puesto Kaori cuando estaba embarazada de Megumi además de sensible, por todo lloraba.
Toji se sentó en la cama y acostó a Megumi mientras esperaba las noticias de su mujer, a decir verdad no sabía que esperar, realmente no le molestaría tener otro bebé, pero con Megumi sentía que era suficiente por el momento, no quería compartir más el tiempo que podía tener con Kaori.
Cinco minutos después Kaori salió de el baño, elevó la prueba enseñándosela.
—Te lo dije, fue ese maldito sushi— Murmuro ella dejando la prueba negativa en el basurero, se lavó sus manos y se acercó a la cama para acostarse boca abajo, Megumi aplaudió feliz de tener a su mamá cerca.
Toji la observó en silencio, estiró su mano y la acarició la espalda ala rubia, una parte de él se sintió decepcionado, aún así en el futuro le gustaría hacer la familia más grande.
