❛❛¿𝖢𝗈́𝗆𝗈 𝗌𝖾𝗋𝗂́𝖺𝗇 𝖣𝖫 𝖽𝖾 𝗇𝗈𝗏𝗂𝗈, 𝗁𝖾𝗋𝗆𝖺𝗇𝗈, 𝖺𝗆𝗂𝗀𝗈?❞
𝗗𝗶𝗮𝗯𝗼𝗹𝗶𝗸 𝗟𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀 𝘅 𝗢𝗰
dónde 𝗛𝗮𝗻𝗮𝗸𝗼 𝗜𝘁𝗼̄ se presenta en la mansión de los hermanos Sakamaki para conocer como es ca...
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Dulce Melodía
El sonar de una melodía capto por completo su atención. Era dulce, cuidadosa, majestuosa ante sus oídos. Una melodía perfecta para calmar su mal humor provocado por uno de sus compañeros. Había caminado por toda la escuela hasta llegar a los salones de música, como si algo en ella supiera que en ese lugar encontraría la paz que necesitaba en esos momentos. Tranquila y sin prisa, disfrutando del sonido que escuchaba fue guiada hasta el ultimo de los salones donde la música provenía más fuerte.
Con total cuidado abrió la puerta frente a ella para no interrumpir a la persona que estaba tocando, sorprendiéndose de ver al chico que le daba la espalda. Shu Sakamaki. No compartían aula e incluso era un año mayor que ella, pero compartía clases con uno de sus hermanos. Laito Sakamaki. Aquel chico que la había sacado de sus casillas en menos de tres segundos en la clase.
Obligo a su mente olvidar lo sucedido para centrarse en lo que presenciaban sus ojos. No todos los días se descubría un talento oculto de la familia Sakamaki, especialmente de Shu quien no mostraba absolutamente nada que no fuera su desinterés por todo. La forma en la que tocaba el violín fue maravillosa que le impidió moverse de su lugar, estaba demasiado centrada en el mover de sus dedos que, incluso momentos después en los que dejo de tocar, no apartaba sus ojos de sus manos. Fue tan delicado como si estuviera tocando un pétalo de cristal.
—fue una... dulce melodía —las palabras se quedaban vacías al intentar expresar lo que sentía— ¿podrías seguir tocando... Shu?
El sonar del timbre la devolvió a la realidad. No podría seguir escuchando el dulce tocar del violín. Un suspiro abandono sus labios rosados a causa del labial que usaba a diario, mirando al chico frente a ella que le observaba con aquellos ojos azules como un cielo despejado y brillante. Por su mente solo pasaba la idea de que su belleza no podía ser comparado con alguno de sus hermanos. Se disculpo por haberlo interrumpido, saliendo del salón un tanto decaída por no apreciar el arte de su música.
—en otra ocasión será —volteo, pero él ya no estaba. Sonrío. Claro que volvería a escucharlo.
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