𝗗𝗶𝗮𝗯𝗼𝗹𝗶𝗸 𝗟𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀 [ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛ / ʜᴇᴀᴅᴄᴀɴᴏɴ]

𝗦𝗵𝘂 𝗦𝗮𝗸𝗮𝗺𝗮𝗸𝗶 [ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛ]

Cocina

Vuelta tras vuelta. Hace dos horas que se había acostado con mucho cansancio y sueño, pero tan solo tocar las sabanas blancas que adornaban su cama todo rastro de pesadez en su cuerpo desapareció. Hizo todo tipo de métodos para dormir, pero ninguno le era eficiente. Como última opción, y la menos deseada por ella, se retiró las sábanas de su cuerpo dispuesta a salir de su habitación e ir a la cocina por un vaso de leche. Aun era de día y sabía que los hermanos Sakamaki estarían dormidos.

Eso era lo que pensaba al bajar las escaleras de la gran mansión Sakamaki, sin embargo, al llegar a la cocina la figura alta con cabello rubio le hizo dar un pequeño brinco ante el susto que le ocasiono por encontrarlo dándole la espalda.

—hola, Shu

Saludo al chico que no se inmuto en contestarle o mirarla. Para ella era mejor que no lo hiciera ya que entre los seis hermanos Sakamaki, Shu era quien le ponía demasiado nerviosa ni siquiera Laito con sus insinuaciones le afectaban tanto como su presencia. Pensaba que solía ser por su presencia casi ausente y aquel aire silencioso que siempre cargaba, denominándolo un vampiro difícil de encontrar y descifrar.

—Shu... ¿qué haces? —su cuerpo tembló al sentir el rozar de su mano por su brazo. Era un toque frio.

—estoy alimentándome

Al tener un suéter de tiras y el cabello atado, Shu no desaprovecho la libertad que tenía de su cuello para clavar sus colmillos y succionar aquella deliciosa sangre a la que, sin desearlo, se estaba volviendo adicto. Para él era incomprensible como su sangre le sabía tan dulce y exquisita, ni siquiera con Yui sentía tanta satisfacción. Para Shu las cosas eran confusas, ni siquiera se había percatado que dejo de tomar la sangre de Yui por desear más la de su pequeña. Aunque claro, cada cambio es notado por los demás por mínimo que fuera y ellos ya eran conocedores de la situación que su hermanastro mayor desconocía, pero que en algún momento sería consiente de la situación.