❛❛¿𝖢𝗈́𝗆𝗈 𝗌𝖾𝗋𝗂́𝖺𝗇 𝖣𝖫 𝖽𝖾 𝗇𝗈𝗏𝗂𝗈, 𝗁𝖾𝗋𝗆𝖺𝗇𝗈, 𝖺𝗆𝗂𝗀𝗈?❞
𝗗𝗶𝗮𝗯𝗼𝗹𝗶𝗸 𝗟𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀 𝘅 𝗢𝗰
dónde 𝗛𝗮𝗻𝗮𝗸𝗼 𝗜𝘁𝗼̄ se presenta en la mansión de los hermanos Sakamaki para conocer como es ca...
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Ángel
Una pequeña niña vagaba por el jardín de su hogar en busca de su pequeña mascota perruna. Habían dejado la puerta del jardín abierta y el animal no dudo en escaparse de casa, siendo perseguido poco después por su dueña. Aunque no logro alcanzarlo y en medio de las sombras provocadas por los árboles lo perdió de vista. Llamando a su nombre en un vago intento de que apareciera.
—¡Saoirse! ¿Dónde estás pequeño? —rebuscaba entre los arbusto y pequeños espacios donde el perro pudiera esconderse, pero no había rastro alguno de su mascota.
Continúo caminando, adentrándose más en aquel lugar del cual sabía ya no era perteneciente a su hogar. A ese punto de su caminata estaba sintiendo miedo. Miedo por no encontrar a su mascota. Miedo al no saber como regresar. Miedo al perderse en el bosque desconocido. La idea de vagar sola en medio de la nada la aterraba, empezando a imaginar sombras de figuras humanas observándola desde lugares sombríos.
—vamos trae la pelota
Aquella voz capto su atención, dirigiendo su vista entre los arboles para encontrar una cabellera rubia. Al saber que no era la única en aquel lugar sintió alivio, acercándose al joven para pedirle ayuda y a su vez escuchando un ladrido familiar con cada paso que daba. Una vez salió de entre las sombras llamo la atención del perro que ladro en su dirección para acercarse y llevarle la pelota roja con la que momentos antes estaba jugando con el chico.
—¡Saoirse! Te he buscado por todo el bosque
—¿es tu perro? —indago el niño, observando a la niña un poco sucia por el rato que había estado en el bosque.
—¡si! Se llama Saoirse salió de casa y no he parado de buscarlo, estuve caminando mucho por eso la suciedad, pensé que iba a perderlo y también perderme en ese bosque, pero te escuché y vine en busca de ayuda... gracias por encontrar a mi perrito
—fue el quien me encontró a mí
—¿te gustaría jugar? Saoirse es muy juguetón
—¡claro!
—oye ¿cómo te llamas?
—Shu
Aquel día, a pesar de que nuestros corazones estén muertos, sentí como él mío volvía a cobrar vida. Ese día jugando con Saoirse percibí la brillante aura que poseías, me iluminaste con tu luz en mis momentos de oscuridad. Ese día había experimentado lo que era el amor a primera vista del que suelen hablar los humanos. La forma en la que sonreías, en que tus ojos brillaban de felicidad cautivaron mi ser y desee detener el momento para admirarlo para la toda la eternidad.
¿Quién eres ahora Shu?
¿Cuánto tiempo paso para que tu brillo desapareciera?
La persona que tengo frente a mí es desconocida. Ya no quedan rastros de aquel chico alegre y ojos de ángel que cautivaron mi muerto corazón. Ya no existe rastro del niño que conocí aquel día en el bosque gracias a Saoirse. Ahora solo había una persona distante, fría al que nada le impresionaba. Al que nada le alegraba.
¿Tanto daño te hizo tu familia?
¿Cuándo nos conocimos estabas en esa lucha?
¿Sufrías en silencio mientras jugábamos?
Brillabas tanto que nunca fui consciente del dolor que poco a poco iban reflejando tus ojos. Te había idealizado como un ser perfecto que nunca logre verte de otra forma. Ante mis ojos eras alguien con una vida perfecta, una vida brillante y feliz a comparación de la mía. Si lo llego a pensar quizas fue esa la razón por la que nunca me di cuenta de tu sufrimiento.
Cuando nos conocimos estaba vagando en la oscuridad que atormentaba mi hogar y tu llegada inesperada trajo la luz que tanto deseaba tener. Fui alguien egoísta y lamento ser una pésima amiga para ti, deseaba tu luz y eso me cegó completamente a verte de formas diferentes. Tarde muchos años en darme cuenta de mis errores, de mis acciones egoístas hacía ti. Hoy día un lo siento ya no basta, ni siquiera un abrazo o palabras de comprensión y apoyo. El tiempo hizo de las suyas y nada de eso arreglara nada del pasado.
Al saber que volveríamos a encontrarnos en la escuela me emocione. Me alegre de volver a ver el brillo de tus ojos azules, pero al tenerte frente a mí todo se esfumo. Todo se fue a la borda al ver que no eras el mismo de aquellos años, en un principio creí que solo era una farsa para las otras personas y que encontraría a ese Shu que conocí en tu interior si nos encontrábamos solos.
Estaba muy equivocada.
Ni siquiera estando los dos a solas en el salón de música lograba encontrar ese brillo que te caracterizaba. Esa sonrisa de ángel que podría cautivar a cualquiera. Con la forma de tratarnos comprendí que ya nada era igual, la relación que teníamos había finalizado hace mucho tiempo y la culpable era yo.
¿Me odias por abandonarte, por dejarte solo?
Lamento no haberte dado una explicación, pero era necesario. La vida de mi familia corría peligro si me quedaba a tu lado ¿razón? Tu madre. Ella nos encontró jugando una vez y a los pocos días llego a mi casa amenazando a mi madre con la muerte si no me alejaba de ti. Estábamos aterradas que no tuvimos otra opción que irnos lejos. Desee despedirme de ti, pero me lo impidieron. Me sentía culpable todos los días por haberte abandonado y cuando nos enteramos de la muerte de tu madre no dude en regresar para volver a verte y explicarte absolutamente todo. Sin embargo, todo era diferente y solo me toca disculparme por medio de esta carta que estoy segura solo encontraras tú. Esta es mi despedida, una despedida que años atrás no me permitieron hacer, pero que ahora no había nadie para impedírmelo. A pesar de los años puedo imaginar la expresión que tienes en tu rostro y me disculpo por ello, pero quiero que sepas que llevo en mi mente aquellos bellos momentos que viví junto a ti de niña.
Por cierto, ya debiste encontrarte con Asa. La encontré en un basurero al regresar a casa. La dejo en tus manos para cuidarte y hacerte compañía por mí, sé que cuando estes leyendo esto ya no estaré junto a ti. Te quiero Shu.
Para: mi ángel
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