𝗗𝗶𝗮𝗯𝗼𝗹𝗶𝗸 𝗟𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀 [ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛ / ʜᴇᴀᴅᴄᴀɴᴏɴ]

𝗦𝗵𝘂 𝗦𝗮𝗸𝗮𝗺𝗮𝗸𝗶 [ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛ]

Sentimientos

El timbre que daba el culminar de las clases resonó por todo el salón. Los estudiantes recogieron sus cosas en completo silencio, saliendo del aula poco después para retirarse a sus hogares o ir a cualquier parte de la escuela. La joven miro el aula solitaria, quedando solo ella y su compañero Shu que volvía a despertarse por el sonar del timbre.

—es hora de irnos Shu —se inclino para dejar su rostro a la altura del suyo, admirando sus ojos azules como el cielo— recuerda que hoy iremos a mi casa para seguir con las practicas de latín

El rubio soltó un suspiro, levantándose de su asiento para seguir a su compañera de aula. Los otros hermanos Sakamaki ni siquiera se molestaron en esperarlo, sabían que siempre se iba a casa de su compañera y pocas horas después aparecía en algún lugar de casa dormido. Ambos al ser vampiros de sangre pura desarrollaban diversas manifestaciones de habilidades, en el caso de la chica heredo la manifestación de portales que poseía su difunta abuela. Habilidad que le ayudaba a ir de un lugar a otro sin preocuparse en caminar o tomar algún tipo de transporte.

—ya regreso, iré por algo de tomar ¿quieres algo?

Shu negó a la idea, recostándose en la cama de la joven como si fuera la suya propia. Habían pasado el suficiente tiempo juntos para que su acción no le fuera sorpresiva. Luego de regresar de la cocina con un vaso lleno de sangre, tomo lugar en su escritorio para practicar aquellos ejercicios que Shu le había colocado de latín.

Pasado unos segundos, fijo su atención en el rubio que dormía plácidamente sobre su cama. Sus facciones relajadas, los labios entreabiertos, su mano detrás de su cabeza que permitía el alzar de su camisa dejando a la visa parte de su piel. Cerro sus ojos por momentos, negando ante la desviación de sus ojos.

Había olvidado el momento exacto en que sus sentimientos cambiaron, tal vez fue el tiempo que pasaban juntos. Tal vez el conocer más de lo que otros conocen. Tal vez la forma en la que él la protegía de su hermano Laito. Tal vez la forma en la que tocaba el violín. Tal vez su forma de tocar el piano. Existían tantas posibilidades que no se imaginaba cual fue el detonante de sus sentimientos.

—¿qué? —le escucho murmurar, dándose cuenta de que lo había estado observando en todo ese momento.

—paenitet —susurro volviendo a su práctica.

Shu no le dio tantas vueltas al asunto y volvió a cerrar sus ojos. La joven volvió a observarlo de reojo, pero solo por breves segundos. Venía conociendo a Shu desde su primer año, después de todo era el primogénito de la familia Sakamaki se hablaba mucho de él ante su comportamiento desinteresado, pero solo eran encuentros lejanos, no tenía la oportunidad de tenerlo cerca de ella. No hasta su tercer año donde descubrió que el chico estaría en su aula.

Los primeros meses sintió mucha curiosidad ante todos los rumores que había escuchado, pero con el tiempo los fue olvidando al ver que muchos de ellos eran demasiado exagerados. Concentrándose en el chico que tenía frente a ella en ese momento y no al chico que observaba en la distancia. En cada oportunidad se hacía grupo con él a pesar de no saber si estaba o no de acuerdo, aunque de todas formas Shu nunca llego a demostrar que le incomodaba su compañía.