Cap 4 La fosa Marina

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Han pasado casi diecisiete años y los científicos aún no se ponen de acuerdo, muchos le llaman el gran cataclismo, otros la zona cero otros más piensan que solo es una invención del gobierno otros lo catalogan como el accidente de una super arma que estaría destinada a destruir el mundo.

Cada lugar del mundo se habló del tema por mucho tiempo y cada vez más teorías locas salían a relucir pues a pesar de los años y de lo desastroso que fue dicho evento no se ha podido determinar el origen del mismo.

El día que sucedió el gran evento provocó apagones masivos donde ni los sistemas de emergencia habrían funcionado, aunque solo fueron de algunos segundos, pero fue tiempo suficiente para que el mundo estuviera a ciegas.

Unos pocos segundos y todo tipo de red eléctrica se suspendio momentáneamente, aviones, barcos, autos celulares, cámaras.

Para algunos el susto de su vida para otros algo casi imperceptible pero a pesar de su magnitud no ocasionó daño alguno, lo malo sucede segundos después con grandes consecuencias y una de ella fue la aparición de enormes fosas en varias partes del mundo, solo se formaron como si siempre hubieran existido.

Esas grandes fosas llamaron la atención de todos pues simplemente no tenían mucha lógica sus longitudes y profundidades variaron , en menos de un año la flora y la fauna local habrían prosperado y daban la impresión que siempre hubieran estado en ese lugar.

Si bien fue un fenómeno interesante no mostraba repercusión alguna, simplemente aparecieron, con los años algunos sugirieron un simple movimiento de placas tectónicas relacionadas con el gran evento.

Otro hecho que llamó la atención fue que dentro de esas fosas las corrientes marinas eran impredecibles, era un lugar muy tentador para los pescadores debido a la gran cantidad de pesca pero tras ciertos incidentes se prohibió la pesca comercial dejando solo a pescadores locales trabajar en el área.

A Pesar de eso los mismo no tenían la misma suerte, las impredecibles corrientes submarinas que si bien no eran violentas solo impredecibles hacian que un bote cualquiera fuera arrastrado fuera del área por las mismas aguas, con el tiempo la pesca en estas áreas se catalogo como no rentable.

Por supuesto había sus excepciones, en una de las fosas localizada frente a un pequeño pueblo costero un grupo de pescadores tenían su secreto, se presentaban al mundo como una raza de perros pero en realidad solo eran yetis con un mal corte de pelo.

Estos años atrás habitantes de las frías montañas tuvieron que cambiar su entorno de forma súbita a las frías aguas donde sus corrientes aterrarían a cualquier buzo los yetis más jóvenes aprendieron a surcar estas inquietantes aguas.

Algunos dirían que no nadaban, sino danzaban entre las corrientes pero solo era un rumor ya que ningún buzo en su sano juicio se arriesgaría a meterse a tan inquietantes aguas.

La pesca era buena y realmente buena, aunque en realidad ese no era su negocio.

Una chica cerdo hormiguero y su amigo yeti estaban preparando un par de tanques especiales para las aguas profundas, máscaras amplias con comunicación mutua.

— Probando, probando, Fife me escuchas? — Lucy repitió varias veces.

— Fuerte y claro hermanita — Fife comentó alegremente.

— No tienes remedio — Lucy se dejó caer de espaldas al mar seguido de su amigo yeti.

Lucy nado en dirección de una cuerda que les servía como punto de referencia y apoyo esta tomo una de las secciones y comenzó a nadar directo al fondo, aunque la cuerda contaba con un sistema de poleas para acelerar la bajada esta nadadora nata estaba compitiendo con el paso de los segundos la oscuridad era cada vez más presente a pesar de las calmadas y claras aguas donde estaban, solo faltó poco para que distingue las luces submarinas que estaban preparadas en el fondo, debía agradecer al equipo de la mañana por preparar el lugar..

— Si que eres lenta — Comentó Fife quien se ocultaba detrás de una de esas lámparas pues ya estaba en el fondo de esa enorme fosa desde hace mucho tiempo..

— Solo es suerte — Lucy renegó — Si tan solo fuera una jety completa como tu —

— Vamos casi igualas a un yeti — Fife aseguro — Ningún buzo normal podría pasar por las corrientes que nadamos, son tan fuertes como una ventisca —

— Y como buen yeti parece que danzas bajo el agua — Lucy señaló — Me da envidia —

— Ten paciencia, Betsy comentó que en un futuro — Fife se detuvo — mejor hay que darnos prisa, a pesar de ese traje que usas apuesto que estas pasando mucho frío —

— Creo que me he acostumbrado pero si tienes razón — Lucy preparó su equipo.

El objetivo de estos dos era simple, localizar artefactos mágicos y estos eran realmente variados, desde una simple piedras, hasta un zapato no sabían exactamente cómo es que estos objetos contenían esencia de la magia pero cualquier ser mágico se percataba del mismo de inmediato al contacto.

Otro aspecto importante era que las fosas eran de las regiones con más objetos con estas características lo que hacía necesario la formación de muchos equipos de búsqueda.

Era un poco irónico los yetis conocidos por ser los más cercanos y unidos, casi una gran familia única forzados por la necesidad a formar pequeños equipos para localizar tan valiosos materiales.

Solo unos pocos vivían en el pueblo pero casi todos estaban en diferentes partes del mundo dispersos en pequeños equipos de máximo tres yetis y apoyados por otros seres magicos.

Aun así todos sabían de la importancia de su trabajo y sabían que tenían que hacerlo por su familia, su gran familia.

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veinte minutos más tarde.

— ¿tuviste suerte? — Fife señaló mientras clavaba una estaca en el fondo marino.

— Nada, solo rocas, plantas y peces — Lucy miro los medidores — estamos a treinta y cinco por ciento de capacidad —

— Entiendo, debemos regresar — Fife señaló el camino a la cuerda guía.

— creo que es el último día que estaremos en esta seccion — Lucy comenzó a nadar al lado de Fife hasta la superficie.

— Oye arriba esos ánimos — Fife señaló — Cuantos pueden decir que no necesitan descompresión, solo un verdadero yeti como tu —

Lucy no podía enojarse con su hermano él solo trataba de animarla.

Al llegar al bote fueron recibidos por otros compañeros del equipo quienes de inmediato facilitaron mantas para Lucy quien estaba temblando y solo una toalla para Fife, las frías aguas de la profundidad eran solo una agradable brisa para este entusiasta buscador de tesoros.

— Volvamos a casa — Señaló un pequeño elfo que fungía como capitán, encendiendo el bote y tomando rumbo al muelle.

Mientras Lucy aun temblaba bajo las colchas, Fife le llevó un café caliente — Estoy seguro que mañana tendremos mas suerte —

— A pasado casi un mes y no se han reportado nuevas reliquias — Lucy comentó algo desanimada pero miro con desconcierto a su amigo quien solo tenía una leve sonrisa en su rostro —

— No te preocupes, Betsy aclaró que tiene reserva para años solo no debemos dejar de intentarlo — Fife comento animado — Incluso podrías dedicarte hacer otras cosas, paseas o divertirte en el extrangero lejos de todo esto —

Lucy se recargo en su amigo — Sabes que me caes mal verdad, eres demaciado optimista y demaciado tonto —

— Creo que somos afortunados — Fife miró en dirección al mar perdiéndose entre las pequeñas olas — Más afortunados que todos aquellos que ya no volverán—

— Sabes que no te dejaré solo, eres mi familia y conociendote flojeras todo el día — Lucy regaño a su amigo.

Ambos limitaron las palabras solo contemplaron el resto del camino a casa.

Por esa sonrrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora