Por esa sonrrisa

Cap 24 Una vida dificil

Un dia añoras la independencia, salir de casa, tener tu propio departamento, comer y dormir a la hora que gustes o simplemente dejar de escuchar los quejidos de tus padres esa era la idea de Gustavo esta iba a ser su primer año en la universidad y sabía que todo seria grandioso.

La vida no era tan complicada, solo deseaba un poco menos de responsabilidad aunque ese día habría deseado completamente lo contrario.

Los recuerdos, aunque pasaran lo años seguían plasmados como ese dia, el desayuno un poco de huevos revueltos, unos hotcakes y unas tiras de tocino.

Aún recuerda como estaba por enterrar el tenedor en los blanquillos cuando una gota de sangre cayó directo en su comida, sin esperar demaciado solo procedió a taparse la nariz y salir por una servilleta, en poco se dio cuenta por que no escuchaba palabra alguna de preocupación ni de su madre ni padre que estaba en la misma mesa.

Ambos estaban colapsados.

Una luz cegadora de fondo, solo un parpadeo seguido de un estruendo y una leve sacudida.

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Fueron horas de angustia, horas incomunicado, miedo. acaso era el fin del mundo?

No podía estar dentro de casa, no con esa vista y no era el único en todo su vecindario la escena se repetía, madres llorando, ancianos desesperados, bebés llorando posiblemente solos y uno que otro inocente niño vagando.

Casi iba a ser mediodía cuando la electricidad regresó. así como los servicios, los teléfonos estaban colapsados, no había números de emergencia y el vehículo familiar estaba averiado.

La televisión estaba llena de noticieros acaparando la atención de todo el mundo, algunos hablaban de una inminente guerra, otros de una invasión unos más extremos del fin del mundo e incluso algunos perdieron la razón en ese momento y los retiraron en vivo del lugar.

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En la noche no pudo dormir solo el sonido de alguien tocando la puerta le llamó la atención, era un militar con un traje de protección biológica, en ese momento temía lo peor sobre todo al ver un enorme camión de volteo llevando bolsas de cuerpos.

Era una joven, muy amable pero a la vez con un tono vacío parece que ya había hecho este mismo trabajo cientos de veces y como en muchas otras ocurrio lo mismo Gustavo los dejo pasar y señalo donde yacían sus padres solo tapados por una sábana, un soldado hizo una revisión rápida y rápidamente los embolsaron, solo un numero de serie fue colocado en estos.

No había explicación, ellos no tenían respuestas su único deber era el de rescatar cuerpos y evitar que se descompusieran en algún domicilio.

Fue difícil pero Gustavo dio la descripción de lo ocurrido y cada detalle que le preguntaban y sin más la joven prosiguió a otra casa, no podía regresar dentro el quería llorar o despedirse pero ni eso era capaz, cosa que se repetía en diferentes domicilios dándose hasta un caso donde se escucharon disparos, aun asi no le importaba.

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Unas semanas habían pasado y las cosas estaban más calmadas de lo que había previsto, no hubo revueltas, ni saqueos solo una profunda tristeza y duelo entre la población en general cada día eran reportes y más reportes, discusiones y señalamientos.